Se llama Edgar. Un vecino que se encontró un celular en Monte Grande, atendió una llamada y le devolvió el teléfono a su dueña. “Quisimos darle plata como recompensa y no lo quiso aceptar. Solo me pidió si por favor podia publicar su numero para algún trabajo”.
La historia fue escrita en el muro de Patricia, hermana de quien había perdido el celular. “Se me explota el corazón de alegría de saber que hay todavía gente con terrible corazón en este mundo“, reflexionó la mujer.