Dos de cada cuatro casos de maltrato escolar se manifiestan a través de plataformas digitales y en lo que va del año se registraron 6 mil denuncias por ciberacoso infantil en Argentina, lo que ubica al país en el segundo lugar de América Latina con más delitos de este tipo, según un estudio de la Unesco.
Los datos del informe publicado a propósito del Día internacional contra la Violencia y el Acoso en la Escuela, incluido el Ciberacoso, que se conmemora hoy, muestran que los hechos de violencia en línea se incrementaron casi un 50% durante los últimos 18 meses como consecuencia de la pandemia.
El trabajo, al que tuvo acceso Télam, tuvo como eje la “la incidencia del cyberbullying” en los niños y adolescentes de América Latina y fue elaborado por el Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos (Cipdh-Unesco), que funciona en la Ciudad de Buenos Aires como entidad descentralizada en el ámbito del Poder Ejecutivo de la Nación, bajo el auspicio de Unesco.
El estudio realizado entre el 1 de septiembre y el 1 de octubre incluye estadísticas oficiales del Ministerio de Justicia sobre delitos informáticos en todo el país y entrecruza datos de organismos nacionales e internacionales de lucha contra el acoso virtual.
También se realizó una investigación cuantitativa con encuestas telefónicas sobre un total de 2.654 casos de familias con hijos e hijas de entre 5 y 15 años, docentes de nivel primario y secundario.
La directora ejecutiva del Cipdh-Unesco, Fernanda Gil Lozano, señaló que “en lo que va del año ya se registraron alrededor de 6.000 denuncias por ciberacoso, con un promedio de 25 causas judiciales abiertas por día a lo largo y a lo ancho del país”.
Si se tienen en cuenta las denuncias realizadas desde 2012, la cifra asciende a casi 30.000, indicó el texto.
De estos datos se desprende que Argentina ocupa el segundo lugar de América Latina, sólo por detrás de México, y luego se ubican Honduras, Costa Rica y Chile. En tanto, Brasil ocupa el sexto puesto, Perú el séptimo y Uruguay el octavo lugar.
La investigación subraya que hacia fines de 2019, uno de cada cuatro casos de acoso escolar o bullying se manifestaba a través de plataformas digitales, pero hoy la proporción se ubica en dos de cada cuatro.
“El mayor acceso obligado a la tecnología que produjo el aislamiento devenido de la pandemia por Covid-19 produjo que muchos menores de edad permanecieran muchas horas ante los smartphones, las tablets o computadoras, lo que produjo también una notable exposición frente a este tipo de delitos“, explicó Gil Lozano en un comunicado.