El voto en blanco puede participar de las elecciones generales del 14 de noviembre porque atravesó largamente el piso del 1,5 por ciento exigido por la ley en las elecciones primarias del pasado 12 de septiembre, al menos en el sur del conurbano. Humorada aparte, es importante analizar cómo se comportó el voto que siempre dice más de lo que parece y expresa tanto como el sufragio positivo.
Un total de 124.686 votos en blanco tuvieron los 11 partidos de la región sur del conurbano bonaerense (Avellaneda, Almirante Brown, Berazategui, Esteban Echeverría, Ezeiza, Florencio Varela, Lanús, Lomas de Zamora, Presidente Perón, Quilmes y San Vicente) con porcentajes que en algunos casos desplazaron a las terceras fuerzas o estuvieron cerca de convertirse en la segunda opción más elegida, como el caso de Presidente Perón (Guernica-Numancia) donde totalizó el 19,01 por ciento de los sufragios, poco menos que el macrismo reunido en Juntos, que allí sumó 23 por ciento y fue la segunda fuerza más votada.
En 6 de los 11 distritos analizados aquí se superó la media del voto en blanco de la Tercera Sección electoral, donde fue de 5,94 por ciento, mientras que en la Provincia ese número fue de 4,41 por ciento. O sea 372.638 bonaerenses salieron de su casa, viajaron hasta el lugar de votación, hicieron la fila en la mesa indicada, entraron al cuarto oscuro y no eligieron ninguna de las boletas en cuestión.
Detrás del imbatible Presidente Perón, el mayor porcentaje de voto en blanco estuvo en Florencio Varela, con 7,65 por ciento (15.714 votos), un porcentaje que superó a la lista de Florencio Randazzo que allí sumó 6,86%). Le siguió Ezeiza, donde llegó al 7,57 por ciento, y superó, por caso al FIT con su 5,21%.
Esteban Echeverría ocupa el cuarto puesto, con 6,54 por ciento y también le ganó al FIT, que llegó al 6,29 por ciento. Le sigue San Vicente, con 6,35 por ciento, más que la lista de Randazzo y el FIT, mientras que en Berazategui fue de 5,95 por ciento y obtuvo más votos que José Luis Espert.
El séptimo puesto del podio entre los 11 lo ocupa Almirante Brown, donde el voto en blanco llegó a 5,39 por ciento y fue la “cuarta fuerza”, detrás del FIT, que hizo una muy buena elección con el 7,40 por ciento de los sufragios. En Brown el voto en blanco superó a las fuerzas de Florencio Randazzo y José Luis Espert, por caso.
En los últimos lugares del voto en blanco en el sur del conurbano están Lomas de Zamora (con 5,21 por ciento por las 17.972 personas que votaron a sobre vacío); Avellaneda con el 4,87 por ciento, producto de 9.746 sufragantes y en la otra punta del voto en blanco se ubicó Lanús, donde el voto en blanco representó el 4,30 de los sufragios emitidos.
Luego de los resultados generales de las elecciones primarias, donde el acento quedó puesto en el revés que sufrió el oficialista Frente de Todos a nivel país y provincia de Buenos Aires, parece oportuno poner luz sobre un punto que pasó desapercibido de los análisis generales: el voto que, en su aparente silencio, es capaz de ponerle cara al fastidio y la desazón.