Un estudio reveló una forma mutacional distinta en el ADN de las células por el consumo de carne roja durante un tiempo determinado, lo que lleva a un daño carcinógeno que los científicos identificaron con el cáncer colorrectal.El estudio publicado en la revista “Cancer Discovery” fue realizado por el equipo de investigadores del Instituto Dana Farber, de la ciudad estadounidense de Boston.
La identificación de patrones específicos de daño en el ADN desencadenados por dietas ricas en carne roja sitúa aún más a este alimento como carcinógeno y anuncia la posibilidad de detectar el cáncer en una fase temprana y diseñar nuevos tratamientos informó hoy la agencia AFP.
Las investigaciones anteriores que establecían la conexión eran principalmente epidemiológicas, es decir que se encuestó a las personas que desarrollaban la enfermedad sobre sus hábitos alimentarios, y los investigadores detectaron asociaciones con la incidencia del cáncer colorrectal.
En 2019 un equipo de investigadores causó revuelo al declarar que solo tenía un grado “bajo” de certeza de que la reducción del consumo de carne evitaría las muertes por cáncer.
“Cuando decimos que la carne roja es cancerígena y que impacta en la incidencia del cáncer tiene que haber alguna forma plausible por la que lo hace”, dijo a la AFP Marios Giannakis, el oncólogo del Instituto del Cáncer Dana-Farber que dirigió el nuevo estudio.
Pero el científico destacó que no es que la gente deba abstenerse totalmente de la carne roja: “Mi recomendación sería que la clave es la moderación y una dieta equilibrada”.
Los altos niveles de daño por alquilación tumoral sólo se observaron entre los pacientes que comían una media de más de 150 gramos al día, lo que equivale aproximadamente a dos o más raciones.
El estudio reveló una firma mutacional distinta, un patrón que nunca antes se había identificado, pero que era indicativo de un tipo de daño en el ADN llamado “alquilación”.
No todas las células que contienen estas mutaciones se convierten necesariamente en cancerosas, y la firma estaba presente también en algunas muestras de colon sano.
La firma de la mutación se asoció significativamente con la ingesta de carne roja, tanto procesada como no procesada, antes del diagnóstico de cáncer del paciente, pero no con la ingesta de aves de corral, pescado u otros factores de estilo de vida que se examinaron.
“Con la carne roja hay sustancias químicas que pueden causar alquilación”, explicó Giannakis.