Especialistas, madres y padres de niños con Trastorno del Espectro Autista consideraron que si bien “bajó el uso de la pirotecnia” en el país, es fundamental que se apruebe un proyecto ley que propone “prohibir la fabricación y uso” de los elementos “que dañen la salud, el bienestar de la población y del ambiente”, mientras a pocos días de las fiestas de fin de año desde la industria admitieron estar “reconvirtiéndose”.
“Hasta que no haya una ley nacional que prohíba la fabricación y uso recreativo de la pirotecnia, por más que se denuncie que su uso es perjudicial, la Cámara de Fuegos Artificiales interviene y la justicia la avala, por eso estamos yendo por una norma nacional”, dijo a Télam Celeste Marisi, integrante de TGD Padres TEA, un grupo de autoconvocados por el bienestar de sus hijos con Espectro Autista.
Los efectos nocivos que producen los estruendos de alto impacto afectan a personas y animales, pero de forma más profunda a quienes tienen la condición del Espectro Autista, según Marisi, quien advierte que en esos niños provoca “descompensación física y corporal”.
La actividad comercial de los productos pirotécnicos en el país está regulada por la ley nacional de Armas y Explosivos, 20.429, junto con los decretos reglamentarios 302/83 y 606/10, además de múltiples disposiciones de la Agencia Nacional de Materiales Controlados (ANMAC).
En dichas normativas, se establece qué se puede producir en el país, vender, las medidas de seguridad, componentes y controles admitidos, cómo se deben almacenar, cuáles son de venta libre, además de restringir su uso a menores de 16 años.
Sin embargo, el proyecto de ley que busca limitar el uso de artefactos de pirotecnia para recreación, presentado por el diputado Eduardo “Bali” Bucca y elaborado con apoyo de TGD Padres TEA, ya cuenta con dictamen de la comisión de Salud de la Cámara de Diputados y aún debe recibir el visto bueno de la de Industria.
En su artículo primero, la iniciativa “prohíbe en el ámbito de la República Argentina la comercialización, exhibición, tenencia, manipulación, uso particular, fabricación, depósito, transporte, distribución y venta al público mayorista o minorista y venta ambulante en la vía pública, de artificios pirotécnicos de uso recreativo”.
El fundamento es que dichos artículos “resultan perjudiciales para la salud y el ambiente” e incluye productos “cuyos efectos audibles, lumínicos, fumígenos, químicos y/o físicos resulten perjudiciales para la salud y bienestar de la población y el ambiente, y también los globos aerostáticos de pirotecnia”.
En los últimos años, según los fundamentos del proyecto, hubo una proliferación de regulaciones locales, mayoritariamente municipales, respecto de la limitación en el uso de pirotecnia.
El decreto nacional 96/2019, del 28 de diciembre de 2019, estableció “la prohibición de compra y uso de pirotecnia sonora para todos los actos públicos del Poder Ejecutivo Nacional” e invitó a todas las provincias y a la Ciudad de Buenos Aires a sumarse a la iniciativa.
“La pirotecnia de alta sonoridad causa hasta dolor físico en nuestros hijos, algunas personas llegan hasta a convulsionar, sienten que el mundo se desmorona porque el ruido los desestabiliza y eso da mucho miedo”, advirtió y agregó que “las Fiestas son lo más alejado de la felicidad para ellos”.
“Es mucha gente pero son muchos más los que tienen animales y hay otros adultos que también son sensibles a sonidos tan fuertes, así que esto incluye a varios colectivos”, afirmó Rattazzi.