A María Marta la mataron. Su asesinato sucedió el 27 de octubre del 2002 entre las 18 y las 19 horas en su casa, ubicada en el Country Carmel de Pilar. Mientras que su marido, su hermana y su cuñado sostuvieron que se había resbalado en la bañera, la autopsia del fiscal Molina Pico reveló que tenía cinco balas en su cabeza.
Aunque uno de los dos médicos que se hizo presente en el lugar informó a su familia que encontró orificios en el cráneo de la víctima, gracias a un certificado de defunción falso se ignoró la posibilidad de que fuera un asesinato.
Netflix le da lugar al relato del crimen de Maria Marta García Belsunce de una forma particular: hablan todos. Desde su marido, Carlos Carrascosa, condenado por la cámara de Casación de la provincia de Buenos Aires a cadena perpetua por homicidio agravado por vínculo y luego absuelto, hasta sus hermanos y amigas.
La miniserie de cuatro episodios de una hora, repasa todo lo ocurrido desde el día en que la socióloga fue hallada sin vida en su vivienda en un country de la localidad bonaerense de Pilar, lo que para esa época significaba un hecho de inseguridad inexplicable.
Desde su trabajo en la ONG Missing Children hasta su relación con “Pichi” Taylor, una amiga y vecina del country acusada por el fiscal Molina Pico de tener vínculos con el narcotráfico. A una semana de su lanzamiento, el documental sobre el asesinato de María Marta se encuentra entre lo más visto en el país.
Nicolás Pachelo: el giro investigativo
Nicolás Pachelo era el vecino que siempre estuvo en la mira por el crimen de María Marta y ahora volverá a estar en el banquillo de los acusados en un nuevo juicio por el asesinato de la socióloga que comenzará en breve.
Pachelo tenía 27 años y un prontuario de robos, discusiones y enfrentamientos. Carrascosa lo acusa de haberle robado un perro y haberle pedido rescate para devolvérselo. Vecinos y vecinas del country Carmel le temían por haber robado varios elementos del lugar.
Su padre, un reconocido corredor de carreras que se suicidó en 1996, fue fundador del country Carmel y por eso Pachelo hijo, quien no trabajaba ni estudiaba, vivía en una casa heredada vecina de la de Maria Marta.
Su madre, Silvia Ryan, también se quitó la vida. Fue en el 2003 cuando saltó al vacío desde un piso 11, en pleno proceso judicial en el que su hijo estaba involucrado. El día del crimen de María Marta, Pachelo asegura haber ido a comprar con ella un regalo para su hijo Felipe (que había cumplido 7 años) a Paseo Alcorta.
María Inés Dávalos Cornejo, ex mujer de Pachelo, declaró durante nueve horas el y aceptó cotejar su ADN con el perfil de tipo femenino que se encontró, junto con dos masculinos, en la escena del crimen. Dávalos fue mencionada durante el juicio como “la dama de rosa”.
Dávalos y María Marta compartían una cosa: la masajista. La familia, y varias hipótesis de periodistas que cubrieron el caso, indican que es Beatríz Michelini fue quien le comentó a la esposa de Pachelo la presencia de un dinero escondido en la casa de María Marta y Carrascosa.
Pachelo está detenido en la Unidad No. 23 de Varela y ya lleva dos años preso. Está imputado por tres “robos agravados por efracción” (con pena de 3 a 10 años de prisión); un “robo simple” (un mes a 6 años); dos “hurtos agravados por uso de ganzúa, llave falsa o verdadera sustraída” (de 1 a 6 años); y dos “hurtos simples” (un mes a 2 años).
El botín robado los cinco hechos en el country Tortugas de Pilar ascendió a 32.000 euros, entre 1.600 y 2.000 dólares, 9.000 pesos, tres lingotes de oro, una pistola Glock, joyas y relojes. La prueba clave contra Pachelo son los videos de las cámaras de seguridad que, según los fiscales, lo captaron andando en bicicleta por el country, merodeando las casas robadas y hasta huyendo con una caja de seguridad y una barreta entre sus manos.