“El barco no muere”, dice una inscripción que profetiza desde en una de las paredes resquebrajadas de la casa-barco de Longchamps , que de a poco y ante los ojos de los vecinos que lamentan su deterioro, va derrumbándose, ganada por el abandono.
Ubicada en avenida San Martín 520, entre Francia y Avenida Aviación, de Longchamps, es una de las tres casas con forma de barco de la provincia de Buenos Aires. Funcionó allí un centro cultural llamado Puerto Cultura, donde había talleres y espectáculos, pero desde el cierre está a la venta.
De acuerdo con la inmobiliaria Loureiro, que la tiene para la venta, la casa cuesta 650 mil dólares, o sea que con un dólar a 80 pesos más los impuestos la propiedad rondaría los 84 millones de pesos por la casa que abarca siete lotes, está a dos cuadras de la estación y tiene salida a tres calles.
Se trata de una construcción que tiene una casa principal en la planta baja, con tres dormitorios y tres baños y una casa de caseros en la planta alta, todo en 200 metros cuadrados cubiertos, además de un amplio parque y una fracción total de casi 2000 metros cuadrados.
Afuera están los vecinos expresándose contra el estrago del deterioro. Adentro queda un contorno de Cortázar dibujado en negro y fumando en una pared blanca, el eternauta de Solano López, algunas mesas arrumbadas, un pasto que crece y dibujos que gritan desde una pared, acaso resumiendo el sentimiento de los vecinos que añoran la vida de la famosa casa barco del barrio.