Luis Damián Lastiri murió el sábado en una clínica de Quilmes. Técnico en varios clubes de Almirante Brown como el Club Pueyrredón, La Academia y El Ciclón (todos de Burzaco), Mármol King y 9 de Julio (Adrogué), había jugado en Talleres de Remedios de Escalada, Racing y Banfield y fue goleador en varios clubes de la Primera División del fútbol en Bolivia.
Lastiri, conocido como “Tito”, tenía 68 años y vivía desde hacía unos meses en la ciudad balnearia de Las Toninas, desde donde uno de sus hijos lo trajo a Buenos Aires para tratar los síntomas de la enfermedad. “Se contagió de Covid-19 en una clínica en donde estuvo mal atendido. El Covid-19 fue fuerte para él por la baja de defensas, pero quiero aclarar que no murió por Covid”, contó Lucas, uno de los seis hijos que tenía el delantero criado en Claypole, quien también es DT como su padre.
Hace dos meses lo internaron en la Clínica Independencia de Munro, “donde se contagia de Covid y en este manoseo y abuso lo descuidaron a mi papá”, contó Lucas. Como su estado de salud empeoraba, lo internaron en la Clínica Solano y finalmente en la Clínica Calchaquí de Quilmes, donde una insuficiencia renal aguda le produjo un paro cardiorespiratorio.
De Claypole a Bolivia
Lastiri vivió su infancia en Claypole, fue empleado de una fábrica y en un picado alguien le vio condiciones: empezó en Talleres de Remedios de Escalada, pasó a las inferiores de Racing, pero debutó en Primera División con la camiseta de Banfield. Pero su carrera la desarrolló en el exterior.
Delantero de pegada potente, fornido, en Bolivia se desempeñó en Guabirá, Oriente Petrolero y San José, donde dejó su marca goleadora. “Mi papá luchó mucho, jamás nos hizo faltar nada a sus hijos”, dijo Lucas sobre el hombre que antes de la pandemia tenía todo acordado para ir a dirigir a Bolivia.
Pasó primero por el América de San Pablo (Brasil) y en 1977 recaló en el Club Deportivo La Bélgica, de Bolivia. Jugó la temporada 1977/78 en Guabira, de allí pasó a uno de los grandes de aquel país, Oriente Petrolero (Bolivia), de ahí a San José de Oruro. Jugó en Bolivia entre 1977 y 1979, disputó 80 partidos en los que convirtió 23 goles. Terminó su carrera en Independiente de Neuquén y dejó el fútbol a los 29 años.
Carlos Caputo, amigo de Tito y compañero en San José en Bolivia y Banfield, lamentó el fallecimiento de Lastiri, “era un fenómeno de persona, por eso es que lamento tanto su partida. Más allá del fútbol, era una persona maravillosa”, dijo el ex jugador. “No se me fue un amigo, se me fue un hermano”, resumió.