“Señoras y señores, la Sociedad Radio Argentina les presenta hoy el Festival Sacro de Ricardo Wagner, ‘Parsifal’”, dijo Enrique Telémaco Susini hace 100 años sin saber que estaba inaugurando la radio no en Argentina sino en el mundo entero. Era el 27 de agosto de 1920 cuando cuatro amigos hicieron una travesura sin saber que irían a convertirse, un siglo más tarde, en una leyenda, la de “Los locos dela azotea.”
Susini, con César Guerrico, Luis Romero Carranza y Miguel Mujica subieron a la terraza del teatro Coliseo en la Ciudad de Buenos Aires para difundir de forma masiva una ópera por radio y le dieron origen a una manera de comunicar que une el arte, el ingenio, la inmediatez y la información.
Tan poderoso fue el poder de la radio hasta la masificación de la televisión, que cada una tenía su propia orquesta donde los cantores y cantoras desplegaban en vivo su arte. Radioteatros que despertaban el deseo y el odio y eran verdaderas novelas con la que se soñó protagonista, por caso, una tal Eva Perón.
Cien años después de su nacimiento, podemos decir que la radio es el medio de comunicación más dinámico y también el más poético de todos.
El Tano Enzo, leyenda de la radio
Los silencios y la provocación de “El Tano Enzo” en el aire de “Cualquier cosa”, su programa de Radio Suburbana FM 96.3 de José Mármol marcó a una generación en los años 90. “Puse la radio y había gente hablando de cualquiera cosa. Apareció El Tano Enzo, que tenía mucho sentido del humor. Era La Biblia y el calefón su programa. Lo difundí entre mis compañeros de la secundaria, todos lo escuchábamos y hasta fuimos a verlo a la radio”, recuerda Sebastián Torres, 39 años, profesor de sociología y músico oriundo de Adrogué.
El Tano Enzo hacía en José Mármol un programa de vanguardia: dispuso de una manera de colaboración que él llamaba “macuca”. Si no llegaba ese aporte económico, Enzo se atrevía a no hacer el programa hasta tanto no llegara a la radio alguien con dinero para que pudiera pagar el espacio. “Su programa me abrió la cabeza para pensar más allá de lo real”, dice Sebastián.
La FM La Maja sonando en los locales comerciales de Adrogué y Burzaco, la cumbia de Taru en el aire de FM Ilusiones; Estela Caccia y FM Estelar en San José; la 91.1 FM Libertador en sus estudios de la calle Fonrouge en Lomas y tantas radios más, pequeñas, hechas con pulso de alfarero y sostenidas con el bolsillo propio.
“Las radios alternativas de los primeros años de la democracia en el Sur del conurbano fueron muy importantes. FM Imágenes de Temperley fue una de ellas. Fui a la radio porque me costaba creer que en Temperley hubiera una radio. Radio Ele de Lomas de Zamora, Radios Ciudades con la transmisión de Banfield y FM Digital de Adrogué fueron las primeras que escuché en el sur”, cuenta Damián Damore, periodista del portal www.porel ais.com.ar. “Nos daba orgullo tener una radio en nuestro barrio”.
Damore también recuerda a esa leyenda radiofónica de los jóvenes de los `90. “El Tano Enzo es un pionero de las radios alternativas. Él decía que la suya era una comunicación sin red porque no tenía productor y el oyente salía al aire sin ningún chequeo. Era imposible comunicarse con su programa, porque toda la noche recibía llamados de los oyentes. El decía que era el apóstol de la comunicación y era certera esa definición”, dice Damore.
“El Tano Enzo también fue el precursor del crowfounding. Decía ´Voy a cobrar por hora porque me cansé de trabajar gratis para ustedes ´ y establecía un monto de dinero. Y cada vez que llegaba la plata ponía la canción Mujer Bonita. Eso era en en los años 94 y 95. Tenía además una serie de personajes desopilantes. Este tipo revolucionó el aire en la zona sur. Además, escuchar la radio de noche era volar”, certifica Damore.
La radio, las voces
Los discursos de Perón, los relatos de Víctor Hugo Morales estirando las vocales en el gol de Maradona a los ingleses y dándole imagen a la maravilla artística, la poesía de Tom Lupo, las largas noches de desvelo escuchando Alejandro Dolina y las mañanas dibujando fintas con el “Malambo” de Omar Cerasuolo. Betty Elizalde, Nora Perlé, tantas más.
Cacho Fontana, Roberto González Rivero y Elda Moreno, Héctor Larrea y su increíble vigencia, los graves y los cuentos de Alejandro Apo, los silencios de Hugo Guerrero Martineitz, los pronósticos de Julio César Pasquato, los comentarios boxísticos de Julio Ernesto Villa, “El Gallo Loco” de Colombo bien temprano y “Rapidísimo” enseguida para enterarse de todo mientras cantás un tango. Los boletines de Radio Colonia y la voz inconfundible de Ariel Delgado. Un universo inabarcable de recuerdos.
A mitad de los años 2000 radio Belgrano (del por entonces empresario Raúl Moneta) sumó figuras de la actuación como cabezas de programa. Moria Casán y Fabián Gianola, entre otros. El resultado fue catastrófico y reflotó una máxima: la radio es para quienes sienten la radio y como su ecosistema. No alcanza con hablar fluído.
Paralelamente, Fernando Peña irrumpía en la FM Rock And Pop gracias a otro grande: Lalo Mir, quien lo descubrió en un vuelo personificando a una abuela cubana llamada Milagros López. Peña fue el último de los grandes en pensar cada día una radio apoyada en el arte y el ingenio. Enseguida en FM Metro 95.1 se hizo amo y señor del aire.
Aunque cambió su carácter sigue siendo importante como medio de comunicación en tiempos de satélites, digitalización y 5G. Se mudó del living familiar a los aparatos pequeños en los años 90 y ahora dice su crónica hablaba desde radios digitales, para ratificar de un nuevo modo el viejo amor, 100 años después.