Desde hace cuatro meses hasta ayer, todos los domingos a partir de las 22.00 Telefe transmitió el programa más visto por los argentinos en cuarentena: Bake Off Argentina. La competencia gastronómica para conocer “el mejor pastelero amateur” se ganó semana a semana más seguidores en redes sociales que comentaban sus programas.
En Twitter cada domingo las primeras “tendencias”, es decir, sobre lo que más escribían los usuarios, era sobre el programa. Samanta se convirtió en la participante más repudiada por los usuarios porque siempre era felicitada por el jurado y sus recetas sorprendían semana a semana.
El reality se grabó a mediados del año pasado en una estancia en Pilar, con lo cual, si bien los participantes generaban intriga, el final de la competencia ya era conocido por ellos. Desde hace dos semanas varios usuarios en Twitter denunciaron que Samanta Casais, la participante que se perfilaba para ganar, era pastelera profesional y había mentido.
La bronca y el odio de diferentes usuarios (en la jerga digital se dice haters que significa odiadores) hacia Samanta creció sin parar, compartiendo fotos y videos en donde se la ve cocinando en C5N, fotos de tortas que hizo para famosos y hasta su certificado de antecedentes penales. Los usuarios de Twitter desataron una locura poco entendible contra Samanta, ya que no se entedía bien si pretendían descalificarla del programa o exponer su vida privada.
Se compartió la carátura de una causa judicial en donde Samanta Casais estaba acusada de “homicidio culposo” por un accidente automovilístico que ocurrió en noviembre de 2017. Según Lorena Olguín, quien hizo pública la causa, la pastelera atropelló a su padre, Alfredo Olguín, de 74 años, en Liniers, y lo mató.
“Samanta es la persona que conducía el vehículo cuando mi papá tuvo un siniestro en su moto. Tuvimos varios problemas porque ella dijo que fue mi papá el que se la llevó puesta, pero en las grabaciones y fotos de la autopista 25 de Mayo se ve que ella amagó con salir con el auto justo cuando venía mi papá y ella se lo come en una curva a unos 500 metros de la cancha de Vélez. Ella se cruzó del cuarto carril a la banquina porque reventó una cubierta”, declaró en televisión la hija del fallecido.
Sin embargo, según el juez de la causa, el jubilado iba “por la banquina (es decir, por un lugar indebido ya que no está habilitado para la circulación)” y “embistió la parte izquierda del mencionado automóvil”. En ese momento, según la Justicia, Samanta no estaba en el vehículo.
Finalmente, “la odiada por todos y todas” se consagró en la grabación como ganadora de Bake Off. Pero desde la producción de Telefe y Turner Argentina, tras el revuelo que se había generado, se decidió cambiar el final: Samanta quedó descalificada y Damián se consagró ganador. Con una placa informativa alcanzaba.
La exposición de Samanta fue la única salida que encontraron las enormes empresas audiovisuales que no se encargaron de chequear nada de lo que decía Samanta ni ningún otro participante en su declaración jurada de casting. ¿Era eso lo que querían los usuarios de Twitter? ¿Deseaban humillar a una persona en público como si se tratara de una lección moralista?
Lo cierto es que Samanta apareció en cámara, pidiendo disculpas después de que el jurado integrado por Christophe Krywonis, Damián Betular, Pamela Villar le recriminara su accionar. Miles y miles de usuarios disfrutaron del ajusticiamiento de Samanta. No el de Telefe, no el de Turner Argentina: el de una participante.