Un fiscal solicitó la pena de prisión perpetua para Marcos Esteban Bazán, el dueño de la casa donde se cree que en 2017 fue violada y estrangulada Anahí Benítez, la adolescente de 16 años que apareció asesinada en la reserva Santa Catalina de Lomas de Zamora.
En un alegato donde afirmó que la víctima fue “torturada” y “cosificada”, el fiscal de juicio Hugo Daniel Carrión pidió ante el Tribunal Oral de lo Criminal (TOC) 7 de Lomas de Zamora la pena máxima al considerar a Bazán (34) como coautor de los delitos de “privación ilegal de la libertad agravada, homicidio agravado por alevosía, criminis causa y por mediar violencia de género” y como partícipe necesario de “abuso sexual agravado por acceso carnal”.
Carrión consideró a Bazán (34) como coautor, o subsdiariamente partícipe necesario, de los delitos de “privación ilegal de la libertad agravada, homicidio agravado por alevosía, criminis causa y por mediar violencia de género” y como partícipe necesario de “abuso sexual agravado por acceso carnal”.
Si bien la causa tiene un segundo acusado, Marcelo Sergio Villalba (42), cuyo ADN fue hallado en el cuerpo de la víctima y al que también se refirió el fiscal como autor de la violación y coautor del homicidio, este imputado dejó de ser juzgado porque por sus problemas psiquiátricos se determinó que no estaba en condiciones de estar en juicio.
Los alegatos comenzaron a en una transmisión a través de la aplicación “Teams”, a la que Télam tuvo acceso con permiso del tribunal, ya que por la pandemia del coronavirus -razón por la que el debate estuvo 57 días suspendido-, en la sala sólo pueden estar presentes los jueces, el fiscal, los abogados de las partes y la madre de Anahí, Silvia Pérez.
El imputado Bazán lo sigue a través de videoconferencia desde la Unidad 9 de La Plata, donde está detenido.
Vestido con camisa de manga corta azul y con barbijo colocado, a Bazán se lo vio interactuar con un teléfono celular, hacer anotaciones y durante la espera se lo escuchó decir: “Este juicio es una farsa y todo esto es un circo mediático”.
Al declarar la semana pasada ante los jueces Elisa López Moyano, Roberto Conti y Roberto Lugones, Bazán se declaró “inocente” y le dijo a la madre de la víctima que si él es condenado, el crimen de su hija “va a quedar impune”.
La principal evidencia mencionada hoy por el fiscal Carrión en su alegato fue el trabajo del perro rastreador “Bruno”, de la brigada canina de Escobar y reconocido por su éxito en otros casos resonantes y “en más de 280 procedimientos”, según destacó.
El fiscal afirmó que Bazán fue incriminado por el can entrenado para seguir el rastro odorífero de personas vivas, de dos maneras: primero porque con una muestra de olor de Anahí llegó a la casa del imputado, en la reserva Santa Catalina, y marcó la presencia de la adolescente tanto en el interior de ese domicilio como en el galpón donde el acusado cultivaba marihuana y hongos alucinógenos.
“La fuente de olor estaba en la honguera”, dijo el fiscal para quien allí, antes de ser violada y asesinada, la joven estuvo cautiva y fue drogada con diazepam (un ansiolótico) y escopolamina, droga “conocida en la jerga de los violadores como ‘burundanga'”, según señaló.
Pero además, el fiscal recordó que los investigadores fueron con Bruno hasta la fosa donde apareció enterrada la víctima –a 235 metros de la casa del sospechoso-, y con una muestra de olor de Bazán, el can marcó la presencia del imputado en ese sitio.
“Anahí llegó a lo de Bazán con vida y de lo de Bazán salió muerta”, afirmó Carrión, quien luego destacó que según algunos especialistas, “la odorología forense es equiparable a una huella digital” o a “un ADN” .
Otras pruebas mencionadas fueron una tijera secuestrada en la casa de Bazán que la chica solía tener en un morral, una llave que Anahí solía colgarse en el cuello y se comprobó que abría la puerta del domicilio del imputado y una pericia geológica que determinó que una pala del acusado tenía rastros de tierra similares al sitio donde fue cavada la fosa donde apareció el cadáver.
La hipótesis de la fiscalía es que Anahí conocía a Bazán por el interés que ambos tenían por la naturaleza y por sus inclinaciones artísticas y que en ese contexto, el imputado la secuestró, la retuvo en su casa, la drogó con “burundanga”, fue violada por Villalba y que luego, ambos, al ver la búsqueda policial que se desarrollaba por la joven, “tomaron la decisión de quitarle la vida” para ocultar los delitos que habían cometido.
Anahí fue vista por última vez el 29 de julio de 2017 cuando salió de su casa de Parque Barón, en Lomas de Zamora, para dar un paseo y el 4 de agosto su cadáver fue encontrado desnudo, con lesiones cortantes y golpes en la cabeza, enterrado en la Reserva Natural Santa Catalina.
La autopsia determinó que fue estrangulada, que le habían suministrado drogas y que en esas condiciones había sido abusada.