Alberto Fernández anunciará hoy o mañana la continuidad de la cuarentena obligatoria hasta el 24 de mayo aunque será flexibilizada, pues incluirá la reapertura de 1.060 industrias y, aunque con restricciones, se retomará la la actividad en algunos sectores del comercio en la Capital Federal y el Gran Buenos Aires. El 60 % de las fábricas que regresan a la actividad están en el conurbano.
Las propuestas llevadas por Rodríguez Larreta a Olivos incluyen la posibilidad de permitir “salidas recreativas” y la apertura de comercios como kioscos, librerías, mueblerías, jugueterías y empresas de mudanza, según informaron fuentes del Ejecutivo porteño.
AMBA (CABA más Conurbano) concentra el 65% de los casos de Covid-19 y es allí donde la curva de contagios, aunque controlada, se mantiene en alza.
Mientras el jefe de Gobierno porteño quiere autorizar la venta a la calle, el gobernador Kicillof se muestra cauto sobre esa decisión y se enfoca en la cuestión productiva.
El grueso de las fábricas que a partir del lunes serán habilitadas se concentra en el Gran Buenos Aires, Córdoba y Rosario, aunque hay oficinas logísticas y comerciales en CABA que también retomarán la actividad.
Se trata de empresas automotrices, de indumentarias, calzado y cuero, caucho, plásticos y químicos, papeleras y, entre otros, tabacaleras.
¿Y los comercios?
Muchos dueños de locales empiezan a preguntarse cómo harán para ponerse de pie luego de este freno inusual. El tema se habla siempre en las mesas de diálogo de funcionarios, pero el tema está en que mientras una fábrica implica número específico de involucrados que se trasladan en horarios establecidos y que, en muchos casos, pueden evitar el transporte público, en un comercio una circulación descontrolada de clientes.
Sin embargo, Rodríguez Larreta, pidió para CABA una apertura controlada de la venta al público en comercios de algunos sectores, que no incluyen la venta de ropa y zapatos, y Kicillof sostiene que la apertura indiscriminada de los locales puede disparar la circulación de gente.
Pero lo cierto es que muchos comercios están en una situación límite: deben afrontar el pago de los alquileres y no facturan desde hace casi dos meses.