José Manuel Palacios, vecino de la localidad de Malvinas Argentinas, en Almirante Brown, tenía 19 años cuando fue como voluntario a la Guerra de Malvinas. “En mi caso estuve 60 días, pero hubo compañeros que estuvieron 74 días en un pozo. Por eso nosotros le pedimos al pueblo que se quede en su casa para eliminar a este enemigo invisible”, le dice Palacios a Brown On Line respecto de la cuarentena obligatoria por el coronavirus.
Ex coordinador del Centro de ex combatientes de Almirante Brown, Palacios cuenta su experiencia en la guerra.“Nosotros estábamos apostados en Malvinas por el ataque inglés, hoy tenemos el ataque de un enemigo invisible, un virus que no vemos. Por eso le pedimos a la gente que se quede en la casa, para aislarse y no transmitirlo”, dijo desde su casa donde cumple el aislamiento social obligatorio.
“Nosotros lo sentimos mucho esto del coronavirus, porque tenemos las fechas patrias: la vigilia del 1 de abril, la marcha malvinera del 2 de Abril por los monumentos a Malvinas en el partido de Brown, el 2 de Mayo por el hundimiento del Crucero General Belgrano (Aldo Moreno y Omar Chaile, ambos vecinos de Calzada, murieron allí) y el 11 de junio que en Brown recordamos la caída en combate de Ignacio María Indino, vecino de Mármol, Mario Gustavo Rodríguez de San José y Macedonio Rodríguez de Malvinas Argentinas”, cuenta José.
–Mucho se habla de cómo sobrellevar este aislamiento. ¿En qué se piensa cuando se está en una guerra que no sabe cómo ni cuándo termina?
-A mi me ayudaba pensar en la vuelta junto con la familia, con los amigos, con los seres queridos. En el reencuentro, que para mi fue así y lamentablemente para muchos otros no se pudo dar. Ese fue el tema de estar bancando esos días que pasamos. Éramos jóvenes y sabíamos que estábamos reclamando nuestro suelo usurpado, que sigue usurpado y por el cual vamos a seguir reclamando siempre. Pero a mi me ayudaba pensar en el reencuentro.
“Lo otro es algo a lo que uno se acostumbra: las bombas, el silbido del ataque naval que tira bombas de 9 a 1 de la mañana. Depende del silbido sabíamos si caían más cerca o más lejos. Y de día las sirenas que avisaban del ataque aéreo, que era lo más común”, dice el veterano de Malvinas.
Así fue la vida de José Manuel Palacios hasta el 11 de junio de 1982 en Malvinas. Nacido en 1962, salía de baja el 2 de abril de 1982, pero la declaración de Guerra lo encontró ofreciéndose como voluntario, diciéndole al oficial a cargo que no había problema si él no estaba en la lista, que él iba a ir a la guerra de todos modos. Fue. Y ahora está de vuelta para contar su historia y seguir levantando la bandera de la soberanía en las islas.