Si para los médicos el cuerpo humano está compuesto por un 70 por ciento de agua, podemos decir que el de ella rompe la regla. Esta mujer valiente, trabajadora y constante que construyó su carrera con la paciencia del hornero es además docente y entrena desde hace 15 años a los equipos de natación del club Brown de Adrogué. Desde allí emerge su figura: Petti es hoy una de las referentes de las aguas abiertas.
Con el trabajo como bandera y la constancia como consejera, Noelia Petti se mantuvo por 11 años compitiendo en la élite de las nadadoras del Planeta Tierra hasta que en 2014 dejó su marca indeleble: cruzó a nado el Río de la Plata atravesada por un viento feroz y se convirtió así en la segunda mujer en hacerlo.
A nado hizo lo que muchos hacemos en auto sin pensar: los 57 kilómetros de la Santa Fe-Coronda, los 88 kilómetros de las Hernandarias-Paraná, los 40 de Colonia del Sacramento, en Uruguay, hasta Punta Lara, Río de la Plata mediante. Braceó en Egipto y en México, compitió en Canadá, nadó en Dubai, cosechó medallas en Europa y es hoy una referenta de las nadadores de aguas abiertas.
“Empecé tarde mi carrera deportiva. Tengo en mis genes una pasión por el deporte transmitida por mi mamá. Siempre me apasionaron los deportes”, le dice Noelia Petti a Brown On Line. Nacida en Lomas de Zamora, es una nadadora forjada en esfuerzo que antes jugó al tenis, hizo gimnasia y jugó al voley como federada. Su madre, instructora de natación, le hizo dar las primeras brazadas en el agua.
La pasión por el agua
“La pasión por el agua me llegó a los 22 años. Mientras estudiaba educación física hice el curso de guardavidas que en ese entonces era pionera porque no había muchas mujeres y paralelamente a eso empecé a jugar waterpolo, jugué por cinco años y llegué a la Selección Nacional”, narra Petti.
El salto de un deporte al otro lo explica así: “Me di cuenta de que estaba hecha más para un deporte individual. Un entrenador de la selección me incentivó con mis tiempos, que eran buenos, y me decidí. Ya tenía 27 años y era tarde para empezar un deporte y más la natación, para lo cual se necesita muchísimo entrenamiento formativo-técnico y muchísimo entrenamiento de base”.
Le decían que era grande para empezar, que no tenía sentido. La miraban mientras nadaba, le llegaban comentarios. Ella inició lo que define como “un trabajo de hormiga” que la iba a depositar en el circuito de aguas abiertas de la Federación Internacional de Natación (FINA), el más importante del mundo.
“Fue impensado cada logro que tuve: competí 11 años a nivel profesional con las mejores del mundo. Para mí se trata de sentir lo que quiero, no me importó perder competencias en el camino porque sabía que era parte del proceso. Siempre tuve la convicción de que trabajando podía mejorar”, reafirma Petti, que da charlas y clínicas de natación para nadadores profesionales y amateurs.
El día que Noelia Petti hizo historia
Compitió como una profesional pero lo hizo en tiempos en que era complejo financiarse: se pagó su carrera generándose sponsor ella misma y con su salario de docente de escuelas públicas. “Desmitifiqué eso de que no se puede trabajar y entrenar profesionalmente”, dice orgullosa.
Nadó más de 10 horas continuas en Macedonia, por ejemplo y cruzó a nado, el río más ancho del mundo: el Río de la Plata. “Es algo soñado y emblemático”. Lo hizo hace seis años, el 9 de marzo de 2014. “El cruce del Río de la Plata fue lo mejor que me pasó. Me trajo muchas, muchas satisfacciones. Lo hice para darle un cierre a mi carrera profesional.” Hoy es la madre de Álvaro, de cuatro años, pero sigue activa en las competencias.
¿Alguna vez te sentiste discriminada por ser mujer? “Antes no pensaba en eso. Pero ahora que se abre el pensamiento me doy cuenta de que en tal o cual caso hubo injusticias en el trato. Un ejemplo: en la carrera Santa Fe-Coronda, de 57 kilómetros, transmitían por televisión la competencia de hombres y no la de mujeres. Ni mi familia podía verme desde acá. Antes no importaba la competencia de las mujeres en esa carrera.
¿Quién es la mujer referente en tu vida? “Mi mamá siempre fue una referente para mí. Lo fue antes y lo es ahora. Es la mujer que me educó con el ejemplo. NUnca vi a una persona con tanta capacidad de trabajo, incluso hoy, que tiene casi 70 años. Mi vieja es hace casi 30 años la directora de Emaús, la casa del niño, en Ministro Rivadavia, donde asiste a chicos sin recursos. Trabajó y nos crió a todos y nosotros, que somos cinco hermanos. Yo soy madre de uno solo y me pregunto cómo hizo mi mamá para criarnos a nosotros.”
¿Cómo analizás los cambios que se están produciendo a partir de la lucha del feminismo? “Lo veo bárbaro, muy positivo, pero no me paro en uno u otro extremo. Es un proceso al que hay que darle tiempo y la sociedad tiene que entender y acomodarse a estos cambios. A mí misma como mujer me cuesta entender las propuestas de la nueva generación de mujeres y no porque no las comparta sino porque fui criada en otro modelo. Hay que deconstruirse y empezar a ver un nuevo modelo de mujer. Hay que sacarse muchas cosas que una tiene arraigada. Hay que darle tiempo a la sociedad, a las mujeres y a los varones para que entiendan esos cambios, pero creo que significa un crecimiento para las mujeres estos cambios.