Científicas argentinas comprobaron en estudios in vitro que fragmentos de proteínas extraídos de granos de arroz partido podrían contribuir al control de la hipertensión.
Si bien faltan estudios adicionales, las moléculas podrían ser incorporadas en bebidas nutritivas o alimentos para adultos que tengan presión arterial elevada, indicó a la Agencia CyTA-Leloir una de las autoras del estudio, Alejandra Quiroga, del Centro de Investigación y Desarrollo en Criotecnología de Alimentos (Cidca), en La Plata.
Las investigadoras aislaron y purificaron los fragmentos de proteína o “péptidos” de arroz partido, un subproducto económico de la industria molinera. En el trabajo utilizaron como fuente una variedad de arroz de alto contenido proteico desarrollado en una estación experimental de la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales (FCAyF) de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP).
Las investigadoras observaron que uno de los péptidos aislados, el que tiene una secuencia de aminoácidos SPFWNINA, posee mayor potencial para “disminuir” la actividad de dos enzimas que participan en la regulación de la presión sanguínea.
En casos de hipertensión, la actividad aumentada de ambas enzimas genera niveles anormalmente altos en sangre de otro péptido, angiotensina II, que conduce a una contracción excesiva de los vasos sanguíneos, explicó Quiroga, investigadora del Conicet y de la Facultad de Ciencias Exactas de UNLP y de la Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia de Buenos Aires.
Como hacen algunos medicamentos antihipertensivos muy populares, como el enalapril, la inhibición de una o ambas enzimas conduciría a una dilatación de las paredes arteriales y a un posterior descenso de la presión arterial.
Sin embargo, “se necesitan estudios adicionales in vivo para evaluar la biodisponibilidad de los péptidos identificados y su potencial de ser beneficiosos para la salud humana”, agregó Quiroga.
“Aprovechar el arroz partido como fuente de compuestos de alto valor biológico constituye una alternativa para el desarrollo sostenible y sustentable de la industria y, además, es una oportunidad para utilizar un subproducto que puede generar una mayor rentabilidad económica del proceso de producción”, destacó María Pinciroli, también autora del trabajo e investigadora de la FCAyF de la UNLP.
El estudio fue publicado en “Plant Foods for Human Nutrition”, y también participaron María Cristina Añón, Agustina Nardo y Paula Aphalo, del Cidca.