Un vecino de Glew se hizo un tatuaje increíble en el cuello como una forma de agradecerle al centro de salud en el cual su padre recibiera un trasplante de hígado y pudiera recuperar su calidad de vida.
Gonzalo Suazo, empleado de la centenaria Ferrum de Avellaneda, tiene 35 años y hace un tiempo tomó la decisión de tatuarse el logo de la Fundación Favaloro, el lugar donde su padre recibió un trasplante de hígado.
Autodefinido como “loco de los tatuajes” Suazo decidió tatuarse “en un doble homenaje por lo grande que fue René Favaloro y a mi padre por su lucha de cada día”.
“Tuvimos un año muy duro porque luego del diagnóstico llegó la desnutrición, la pérdida de conocimiento en tiempo y espacio y hasta le sacaban 10 litros de líquido por semana del estómago”, contó Gonzalo a Brown On Line.
El hombre estuvo internado en la clínica Burzaco “hasta que decidimos sacarlo de hay con mis hermanos y mi madre. Pasamos al Hospital Muñiz y luego llegamos a la Fundación Favaloro donde estuvo dos veces en coma luchando por su vida, pero siempre con la mejor atención”.
El hombre entró en la lista del Incucai y seis meses más tarde, el 4 de abril de este año, fue trasplantado de hígado. “Hoy podemos disfrutar a mi papá y verlo cómo disfruta de la familia. Gracias a Dios, a él por la garra que puso y a mi familia q nunca bajamos los brazos y siempre estuvimos unidos”, dijo Gonzalo.