“Lo que pasa está fuera, no lo podemos controlar. Pero no es para preocuparse lo que pasó”, repitió ayer el ministro de Economía, Nicolás Dujovne, quien mantuvo frenéticos llamados con el presidente del Banco Central, Guido Sandleris, que decidió desprenderse de u$s60 millones por día para tratar de que el billete, que ayer cerró casi a 47 pesos, no avance más.
El tema fue que el peso se volvió a devaluar y nadie sabe hasta dónde puede llegar. Ayer el billete estadounidense trepó hasta casi los 47 pesos en algunas casas de cambio y cerró apenas por debajo de ese número.
El Central vendió 1.500 millones de dólares en el mercado de futuros en las últimas dos semanas con la idea de poder darle “aire” al gobierno antes de las elecciones del domingo. Pero no lo logró.