Con el objetivo de no impactar los bolsillos y realizar un nuevo ajuste antes antes de las las elecciones PASO del 11 de agosto, el gobierno nacional postergó para después de los comicios la mitad del aumento en el impuesto a los combustibles líquidos que ya había prorrogado desde julio a agosto, y debía comenzar a regir hoy.
Lo hizo a través del decreto 531/2019, publicado hoy en el Boletín Oficial, que precisó que “resulta conveniente prever una mayor gradualidad, determinando que el incremento total en los montos del impuesto originado en la actualización del mismo, surta efectos para los hechos imponibles que se perfeccionen desde el 1 de setiembre próximo”.
Los impuestos a los combustibles se actualizan por trimestre calendario sobre la base de las variaciones del Índice de Precios al Consumidor (IPC), considerando las variaciones acumuladas de ese índice desde el mes de enero de 2018, inclusive.
En mayo del año pasado se dispuso que la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) actualizara los montos del impuesto en los meses de enero, abril, julio y octubre de cada año, considerando, en cada caso, la variación del IPC correspondiente al trimestre calendario que finalice el mes inmediato anterior al de la actualización que se efectúe.
En julio el Gobierno había aplicado sólo una parte de ese impuesto para que no generara tanto impacto en el incremento de la inflación. En ese momento estaba previsto un aumento del 11,8% por litro en el impuesto pero se decidió reducir el monto a 3,9%.
En agosto debía aplicarse el 7,9% restante pero con esta medida, este incremento pasó para el inicio del mes próximo y se fijó en $ 0,310 por litros para nafta sin plomo, hasta y de más de 92 RON; nafta virgen; gasolina natural o de pirolisis; solvente y aguarrás.
En tanto que se determinó en $ 0,191 por litro el aumento para el gasoil, el diésel oil y el kerosene.