El cierre de La Campagnola -tras 70 años de trabajo en Mendoza- comenzó a despertar el temor a una profundización de la crisis en el sector, que puede derivar en una seguidilla de despedidos y la “desaparición” de la actividad, según explicaron referentes del sector.
Los empresarios culparon al gobierno de Macri por el “descuido y desatención”. No sólo la incertidumbre está puesta en lo que pueda ocurrir con los empleos en el rubro sino en toda la cadena productiva.
“La partida de una agroindustria tan importante como La Campagnola es una muestra más de esta decadencia que parece no tener fin. Esto podría derivar en la desaparición de la actividad”, dijo Alberto Carleti, presidente de la Federación Económica de Mendoza (FEM), e histórico referente del negocio frutícola.
Omar Carrasco, titular de la Unión Frutihortícola Argentina, lamentó la realidad que viven las firmas. “Todos estamos en una situación similar. La sensación es horrible; lo venimos advirtiendo y sabíamos que podía ocurrir con varias empresas”.
“Fue un balde de agua fría que nos cayó a todos los trabajadores. Jamás nos informaron absolutamente nada”, se quejó Antonio Moyano, delegado gremial en La Campagnola, quien llevaba más de 30 años trabajando en la firma.