El jefe de la DDI Lanús-Avellaneda, comisario mayor José Hernández y todo el gabinete de narcotráfico de esa dependencia quedaron desafectados de sus funciones luego del tiroteo en el que murió un comisario y que dejó al descubierto una trama de extorsiones.
Fuentes de la Auditoría de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad bonaerense indicaron a Télam que tanto ellos como la fiscal de Avellaneda Soledad Garibaldi y personal de Gendarmería Nacional comenzaron a investigar lo que ocurría en la DDI.
Con ese fin, primero fue separado Hernández y los tres policías detenidos tras el tiroteo: el subcomisario Luis Edgardo Otero (37), el oficial subayudante Silvio Ricardo Vergara (33) y el oficial Eduardo Angel Franicevich, quienes se desempeñaban los dos primeros el gabinete Antisecuestros y el tercero en el de Antidrogas de la misma dependencia.
Los otros desafectados, que por el momento no están detenidos, son el oficial ayudante Emiliano Daniel Schemberger y el teniente primero Ricardo Aristides Fernández (de Antisecuestros) y el
comisario Esteban Julián Arana, el teniente primero Claudio Daniel Saldivia y el sargento Damián Antonio Pereyra (Antidrogas).
Además, del lugar del tiroteo se secuestró un móvil policial Toyota Etios blanco, que era utilizado por el comisario fallecido y por Franicevich.
Por su parte, una fuente judicial indicó a Télam que lo que denunció la mujer extorsionada ante la fiscal Garibaldi es que los policías le exigieron plata para no armarle una causa por drogas, la tuvieron 50 minutos esposada en un auto de la fuerza y luego fueron hasta su casa y le pidieron al marido 30.000 pesos.
El viernes, tenían que entregar los 170.000 restantes y ahí fue cuando por policías bonaerenses fueron sorprendidos por sus pares de la Federal.