A pesar de las promesas de “pobreza cero” y de que el presidente Mauricio Macri considerará al inicio de su gestión que si no bajaba los índices de pobreza “habré fracasado”, los números oficiales dan cuenta de un panorama social y económico desolador que afecta sobre todos a los sectores más vulnerables.
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) informó este jueves que la pobreza aumentó al 32% en el segundo semestre de 2018, 6,3 puntos porcentuales por encima del mismo período de 2017.
La a cantidad de argentinos pobres en 2018 ascendió a 12.960.000, lo que significa que en un año, 2.680.000 personas se sumaron a la pobreza.
El dato que más preocupa es que casi la mitad de los niños, niñas y adolescentes del país viven actualmente bajo la línea de pobreza, representando un total de 5,5 millones. Un 8,6% de ellos se encuentran en la indigencia, la situación más extrema de la pobreza.
Según un estudio de Unicef , en el último año aumentaron las restricciones en el consumo de alimentos tanto en su cantidad como en su calidad. “Algunas familias saltean comidas, se suprimen comidas grupales de fin de semana, se cocina una única vez por día, los adultos a veces no comen por dejarle el alimento a los niños, niñas y adolescentes, y cambia la composición de la cena. También se señaló una reducción del consumo de alimentos con proteínas de origen animal, sobre todo carne vacuna y lácteos, cuyo consumo es desincentivado por el aumento de precios”, advirtió Unicef.
También creció la pobreza en el grupo social que tiene 65 años o más donde trepó del 6,3% al 9,0%, desde una perspectiva que compara el segundo semestre de 2017 con el de 2018.