Una gran cantidad de choferes de la línea San Vicente, actualmente controlada por la empresa DOTA, se movilizaron ayer a la sede Burzaco del Ministerio de Trabajo bonaerense para protestar por el cierre de al menos cuatro recorridos históricos de la línea y el acortamiento de recorrido en al menos dos ramales.
“Dejamos asentado en el acta el maltrato que está sufriendo el usuario y los trabajadores con la reducción de personal, reducción de servicios, quita de ramales, atraso en el pago de los salarios, el estado deplorable de las unidades”, contó Victorio Gianella, chofer de la empresa y representante gremial de los trabajadores que fuera echado sin causa de la compañía luego de encabezar una medida de fuerza para evitar el despido de un compañero.
La Unión Tranviario Automotor (UTA), que acompañó el reclamo de los choferes, dejó expresado en el acta firmada ayer en la sede de la cartera laboral que este conflicto con la empresa San Vicente puede convertirse en un problema mayor si la empresa no cesa en su persecución laboral.
“El boleto cuesta cada vez más caro y la gente viaja cada vez peor”, resumieron los choferes. Por eso los trabajadores denuncian que el achique está directamente relacionado con la idea de la empresa de despedir personal. De ahí que denunciaran el “vaciamiento” de la compañía que controla al menos 11 líneas de colectivos que recorren gran parte del conurbano sur.
Por decisión de la empresa y a pesar de la queja de los usuarios, dejaron de funcionar dos ramales del 51 (el de Aeropuerto de Ezeiza y el de Canning), el 435 Lanús-San Vicente y el 73 que iba desde San José y Rafael Calzada hasta Plaza Constitución. También acortaron su recorrido el 79 que hacía San Vicente-Plaza Constitución y quedó delimitado ahora entre Burzaco y San Vicente y el 51 a Brandsen que ahora solo corre entre Lanús y Ruta 6.
Comentarios 1