Contrariamente a lo que se había conocido en un primer momento, la bala que mató a Sandra Rivas, una mujer de 46 años asesinada de un balazo en la nuca el 27 de diciembre de 2018 cuando estaba sentada en las primeras filas de la línea 338 “La Costera”, en Camino de Cintura a la altura de Esteban Echeverría, partió del arma de un joven policía que disparó cuatro veces adentro del colectivo.
La bala que corrobora el hecho la encontró la hija de la víctima en la cartera de su madre. El proyectil entró por la nuca y salió por la cara de Sandra y su hija encontró la bala en la cartera de su madre. La joven aportó esa prueba a la fiscalía, que comprobó en una pericia que la había disparado el policía, que tiene 19 años y hacía sólo 16 días que había egresado de la academia.
“El policía disparó cuatro tiros. No se puede disparar tantas veces dentro de un colectivo lleno de gente”, contó Zoe, la hija de la víctima, que tiene la misma edad que el uniformado que mató a su madre. “No lo odio, pero no quiero hablar con él porque sé que él tiene en su conciencia que mató a lo más importante que tengo, que es mi madre”, dijo la hija de Sandra.
El hecho
El hecho ocurrió el 27 de diciembre pasado, cuando dos delincuentes abordaron el micro de la línea 338, más conocido como “La Costera”, en Ruta 4, entre Olimpo y Condie, en el límite de los partidos de Lomas de Zamora y Esteban Echeverría.
Al menos uno de los ladrones estaba armado. En el fondo viajaba una pareja de policías -uno de la Ciudad y una agente de La Bonaerense. El efectivo, sin dudarlo, dio la voz de alto y abrió fuego: efectuó cuatro disparos. La mujer murió en el acto. Si bien las fuentes habían indicado la existencia de un tiroteo, las pericias determinaron que el único que disparó fue el integrante de la fuerza porteña.
Los elementos con los que cuenta el fiscal Andrés Devoto –una pericia planimétrica, entre otras- son unívocos: el balazo fatal provino de la parte trasera, atravesó el asiento a la altura de la cabeza, impactó en la nuca de Rivas y el plomo salió a cerca de la nariz. Además, se comprobó que la pistola reglamentaria del agente disparó cuatro veces. Por otro lado, no surge que la mujer de la Bonaerense haya disparado, al igual que los dos delincuentes.