Luego de que empezaran a conocerse algunos detalles preliminares de cómo Mijael, su primo de 15 años, mató a Estefanía Bonome, la niña de 9 años cuyo cuerpo fue arrojado desde una camioneta en pasaje San Joaquín y Erezcano, cerca de las vías del tren, en la estación José Mármol, también se conocieron algunos datos del joven detenido, que ya confesó haberla matado “porque tenía ganas de matar”.
Luego de la separación de sus padres, a su madre se le volvió incontrolable Mijael: no iba a la escuela, agredía de cualquier modo a niñas más chicas que él, consumía distintas drogas y había cometido algunos delitos. Y estaba lejos de ser un chico con problemas de dinero.
Su abuela Roxana tomó en sus manos el fierro caliente de criar a un joven violento desde niño, acusado de robar sin necesidad y agredir a varios chicos del barrio, entre ellos una niña de su misma edad de nombre Maite, que todavía sufre las consecuencias físicas y psicológicas de un ataque feroz que la dejó inconsciente e internada. A Maite le robó las zapatillas y le quitó el celular para estrellárselo contra una pared.
“Quiero que lo maten como la mató él. Pido justicia por mi hija”, dijo la madre de Estefanía antes de quebrarse en llanto en declaraciones a la prensa. “Lo único que quiero es que lo maten como él mató a mi hijita Estefi”, repitió y se desvaneció.
Mijael golpeó a la niña, pero la autopsia determinó que no hubo acceso carnal aunque sí un intento de abuso. El cuerpo apareció semidesnudo. El primo la golpeó muy fuerte en la boca y luego tiró el cuerpo de la nena en la calle.
La policía trata de saber si el joven actuó solo, tanto en el crimen como en el momento en que arrojó el cadáver desde la camioneta de su abuelo, con quien vivía. Una versión indica que luego de matar a la niña el joven llamó a su novia, le pidió que viniera y ella, sabiendo que todos estaban buscando a Estefanía, se negó. “La maté”, le habría dicho. Y narró que La Polaca o La Colorada y Osquita, su madre y su tío, le habrían ayudado a tirar el cadáver de su prima.
“Estefi estaba jugando con sus primitos a las escondidas. Él la corrió y se la llevó. Y él mismo vino a preguntarnos si había aparecido”, contó el padre de la niña fallecida.
Lo detuvieron en Chayte y Benardi, domicilio del abuelo del menor, donde tenía ropa manchada de sangre. En Amenedo y Chayte había guardado el vehículo Mercedes Benz, blanco con caja térmica, adentro de la cual -según constataron los peritos- mató a la niña.
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