El soldado Mario Gustavo Rodríguez, vecino del barrio San José, fue identificado entre los cuerpos de los argentinos caídos en combate y sepultados en el cementerio de Darwin, en las Islas Malvinas.
Mario murió el 11 de junio de 1982, en un bombardeo en Moody Brook, cuando tenía 18 años. “Le gustaba el fútbol, jugaba en Talleres de Remedios de Escalada y cuando estaba por empezar un torneo le tocó la colimba y le tocó ir a la Guerra”, recuerda José Manuel Palacios, referente de los veteranos de Malvinas de Almirante Brown sobre el soldado caído en combate.
Mario trabajaba con el tío en Mitre y Salta, en San José en un taller donde el tío hacía arreglos de chapa y pintura. “Arregló autos militares y autos de militares también. No estaba en la lista, pero eligió ir como voluntario con el comando de la décima brigada, con el cual me tocó ir a mí también”, narra Palacios.
“El 14 de abril llegamos a Malvinas, pasamos por el pueblo y de ahí nos fuimos caminando 15 kilómetros con los pertrechos militares a Mooby Brook, un puesto comando del ejército argentino que había sido de los Royal Marines”, cuenta Palacios, compañero de Mario en el campo de batalla.
“Los ingleses ya estaban cerca de Puerto Argentino y veían que la información salía desde Mooby Brook, entonces atacaron”. Walter, otro vecino de Brown y veterano de guerra, le había advertido a Mario que no se quedara cerca de las paredes ante la inminencia de un ataque aéreo. “Mario se quedó cumpliendo con su deber, con su fusil cuidando las instalaciones. Un avión Sea Harrier soltó dos bombas e hizo volar a Mario al más allá. Y hoy es un custodio de nuestro suelo usurpado junto con los otros 648 héroes”.
José Andino y Eduardo Gil, veteranos de Malvinas que viajaron a las islas por impulso del Municipio de Almirante Brown, plantaron en las islas una bandera argentina con los nombre de Ignacio María Indino, Mario Alberto Rodríguez y Carlos Mosto, soldados caídos. “Los otros veteranos que viajen de Brown a las Malvinas tendrán ahora una cruz donde dejar nuestra plegarias por nuestros compañeros”, dice José Palacios, emocionado.
Rodríguez recibió post mortem la medalla al muerto en combate y fue declarados por ley como héroe nacional y se convirtió en el solado número 99 en ser identificado. Permanecía hasta ahora sepultado en Malvinas bajo la leyenda “Soldado argentino sólo conocido por Dios”. En su honor, una plazoleta lleva su nombre en Adrogué, como muestra de que el pueblo no olvida a Mario, el héroe caído en las islas.
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