Sandra González y Serafín Ramírez, los padres de Tamara Ramírez, la oficial de policía asesinada el sábado en su casa de Glew, se reunieron ayer con Mauricio Macri en la Casa Rosada, junto con los padres de Lourdes Espíndola, otra joven mujer policía asesinada en Ituzaingó.
El jefe de Estado estuvo acompañado por la ministro de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, y el jefe de la Superintendencia General de la Policía Bonaerense, comisario general Fabián Perroni, escuchó el pedido de la mamá de la oficial de Glew.
“Queremos justicia por nuestros hijos, por nuestras familias y para que otras familias no tengan que pasar por estas situaciones”, le dijo González al ex presidente de Boca.
Por su parte, Macri aportó algunas frases de ocasión que dijo con gesto adusto. “Nada de los que se pueda decir va a calmar el dolor de este momento. El valor de la vida es lo más importante”, dijo y realzó el valor de los policías “que salen a la calle y se enfrentan a esas mafias, delincuentes o narcotraficantes y la mayoría de las veces los sorprenden fuera de sus horarios de trabajo”.
El crimen de Tamara Ramírez
El sábado a la madrugada Tamara se despertó junto al novio —también policía— al oír ruidos en el comedor de su casa en Glew. Cuando se acercaron, se encontraron con el padre de la joven forcejeando con un ladrón. El delincuente, al verse rodeado, disparó. Uno de los tiros impactó en la cabeza de Tamara y le provocó la muerte en el acto.