Celedonio Esteban Flores tenía 50 años cuando murió y ya era una leyenda. Su vida de poeta había empezado a sus 23 años, cuando mandó un poema al diario Última Hora. El diario lo premió con 5 pesos y su publicación. Pero el premio era más grande. Un tal Carlos Gardel se interesó en esos versos y le puso música y nombre “Margot”, una amarga crítica a la muchacha humilde y bonita que se afrancesa y pervierte para escapar a su destino de pobreza.
Celedonio partió al silencio un 28 de julio de 1947, hace 71 años. Quince años antes había llegado a Claypole con el objetivo de alejarse de una Ciudad de Buenos Aires que ya era ruidosa. Vivió en la esquina formada por las calles Félix Lora y Salaberry, en una casa que visitaron grandes figuras de la cultura popular y que fue declarada, en 2010, de interés municipal.
Gardel grabó 21 temas de Celedonio, y entre ellos uno de los mayores éxitos de toda su trayectoria: Mano a Mano, un tango en el que un varón salda cuentas con la mujer que amó y le ofrece su desinteresada ayuda para cuando ella sea «descolado mueble viejo».
El Zorzal Criollo grabó “El Bulín de la calle Ayacucho”, “Malevito”, “Canchero”, “Pan”, “Mala entraña” y Viejo Smoking”, entre otros temas de Celedonio. No quiso grabar uno de los mayores sucesos de Flores, “Corrientes y Esmeralda”, referencia a una famosa esquina de Buenos Aires, porque la letra aludía a mujeres que soñaban con su pinta.
Fue durante años autor exclusivo de Rosita Quiroga, una cantante arrabalera. Con los años las letras del Negro Cele pasaron a ser baluartes en el repertorio de numerosos cantores, desde Ignacio Corsini hasta hasta Edmundo Rivero y Julio Sosa.
Celedonio escribió “Atenti pebeta”, “Pobre gallo bataraz”, “Porque cantó así” (aquel del emocionante recitado de Julio Sosa) y “La musa mistonga”, registrado por Quiroga el 1 de marzo de 1926, fue la primera grabación que utilizó el sistema fonoeléctrico en la Argentina.
Cuando le preguntaron como creaba sus éxitos, respondió: “Busco un pedazo de vida, la vivo intensamente en mi interior, la tomo en serio y despacito, y con cuidado, voy haciendo el verso. Como he vivido un poco, como he dado muchas vueltas, como conozco el ambiente canalla, tengo la pretensión de vivir mil personajes. No soy de los que creen que el tango cómico sea la expresión de lo que siente el pueblo; sabemos todos que el tango es triste, como toda la música de nuestra tierra”. Firmado Celedonio Esteban Flores, el vecino de Claypole.
Ilustración: Hauth