Gabriel Guevara, detenido por el femicidio de su esposa, Marcela Coronel, la enfermera asesinada en Longchamps, se declaró inocente ante la fiscal de la causa y apuntó sus sospechas hacia su hermano, también apresado por el crimen.
El marido de la víctima, asistido por el defensor oficial Daniel Wilk, declaró durante tres horas y media ante la fiscal Marcela Juan, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) de Violencia de Género del Departamento Judicial Lomas de Zamora, quien lo indagó como “coautor” del “homicidio triplemente calificado” de Coronel de 33 años.
Guevara relató lo que él hizo en su casa desde la noche previa al crimen hasta la mañana siguiente, cuando se fue a trabajar en su puesto de vigilador privado en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El acusado contó que al llegar a su domicilio se acostó en el comedor, miró un rato Netflix, luego se fue a dormir con Coronel, con quien estaba “todo bien”, y que cuando se levantó se fue a trabajar.
Según las fuentes, Guevara aseguró ser inocente y pidió que se haga justicia por su esposa y por su hija que se quedó sin madre, al tiempo que reconoció que tanto él como su familia dudaban de su hermano Pablo dado los antecedentes penales de éste, un ex policía bonaerense echado de la fuerza por un hurto.
Un informante judicial que participa de la investigación penal sostuvo que ciertos dichos del marido de la víctima “no se condicen con algunos elementos de la causa” y que las sospechas hacia su hermano le surgieron el viernes pasado, un día antes de que ambos fuesen detenidos.
Tras la indagatoria, Gabriel Guevara fue retirado de los tribunales de Lomas de Zamora, esposado y escoltado por personal policial, y antes de ser subido a un patrullero reiteró sus sospechas hacia su hermano ante las preguntas de los periodistas.
Por su parte, Pablo Guevara, quien contó con el defensor oficial Pablo Guerra, se negó a declarar al ser indagado ayer por la fiscal Juan, quien lo acusa también como “coautor” del homicidio calificado de la enfermera.