Gabriel Guevara, el marido de Marcela Coronel, la enfermera del hospital Italiano que ayer fue asesinada en su casa de la calle Roberto Arlt, en Burzaco, se presentó hoy en los Tribunales de Lomas de Zamora, habló con C5N y dijo: “Ayer salí a las 5.30 de la mañana para mi trabajo. Le di un beso a mi hija, a Marcela y ella me dijo que le avise cuando llegara”, contó.
Como en la casa no había signos de puertas forzadas, Gabriel fue sindicado como el principal sospechoso del crimen. Pero el marido de Marcela dice que tiene testigos que comprueban que al momento del crimen se encontraba trabajando.
“Yo estoy a disposición. La Justicia tiene mi teléfono. Todo lo que necesiten para investigarme y las veces que sea necesario que hable, lo haré. Ahora estoy acá para acompañar a mi familia”, dijo en las puertas de la fiscalía.
“Yo por ahora no puedo decir nada. Iré a ver si reconozco a la persona o no”, dijo como si hubiera alguien detenido, cosa que no ocurrió todavía.
Entre la ropa periciada se halló un short de su propiedad manchado con sangre. “Las pericias dirán si la sangre es mía o no. Yo quiero saber si la sangre es del asesino o de mi mujer”, dijo ante C5N.
Gabriel tiene dos hipótesis: una venganza narco o un robo al voleo, ambas poco probables para los investigadores. “Vendían paco, les corté el circuito y me pegaron y amenazaron con hacerme boleta”, dijo. “El remisero de enfrente de la casa me dijo que la vio salir a las 8.30 a hacer unas compras. Estaban todas las compras sobre la mesa. Así que fue después de esa hora. No sé si alguien se metió antes y la esperó”, teorizó.