El Gobierno nacional autorizó a las empresas distribuidoras de gas licuado de petróleo (GLP) en garrafas a aplicar un incremento del 16,7% para el tubo de 10 kilos, que ahora llegará a las familias un precio final de 216 pesos, tras acumular del 61,3% de aumento en los últimos 12 meses. En diciembre costaba 135 pesos.
El incremento fue autorizado a través de la disposición publicada el miércoles en el Boletín Oficial con la firma de Marcos Pourteau, el subsecretario de Exploración y Producción de la Secretaría de Recursos Hidrocarburíferos, dependiente del Ministerio de Energía, que comanda el cuestionado ministro y accionista de Shell, Juan José Aranguren.
El funcionario estableció los denominados “precios máximos de referencia” para las garrafas de GLP de 10, 12 y 15 kilogramos, con valores que van desde la línea de fraccionamientos pasando por la distribución hasta el último eslabón de la cadena, el comercial.
El ministro Aranguren explicó en conferencia de prensa que 8,1 millones de hogares en la Argentina tienen inyección de gas por red y 5,3 millones aún son abastecidos con garrafas de GLP. De esos 5,3 millones de hogares, unos 2,7 millones son beneficiarios del Programa Hogar (entre los que hay jubilados y quienes cobran la Asignación Universal por Hijo), por lo que reciben un tubo de GLP de 10 kilos con un subsidio del Estado.