Carlos Horacio Capdevilla es de Longchamps y desde hace casi una semana está internado en terapia intensiva de la Clínica IMA de Adrogué, adonde llegó tras sufrir un pico de estrés al enterarse de que luego de 35 años de prestar servicio como ferroviario será despedido tras el cierre de la empresa Ferrobaires ordenado por un decreto de la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal.
“Está en terapia intensiva, medicado. Ahora está estable. El diagnóstico es un pico de estrés debido al disgusto que le produjo el despido que le notificaron que se hará efectivo el 1 de marzo”, contó a Brown On Line Julián, su hijo y también ferroviario.
Carlos tiene 63 años de edad y lleva 35 años de ferroviario, en su mayoría trabajados en los talleres de Remedios de Escalada. En los últimos años, Carlos trabajaba en Constitución, en la oficina de auxiliares, que es quien controla los coches, el combustible de la locomotora de los trenes que van a Mar del Plata.
“Ninguno de los cuatro gremios acompaña el reclamo de los trabajadores”, dice el hijo de Carlos, también despedido de Ferrobaires. “La situación de hoy es peor que la de los años 90, cuando desguazaron el ferrocarril, porque ahora no te dan a elegir. Hoy te echan, no podés elegir quedarte”.
“El miércoles de la semana pasada empezó a sentirse mal. Decía que no podía respirar. Y él no estaba enfermo. Lloraba. Sentía que no servía más. El jueves lo llevé al médico, se brotó, estaba triste. El sábado lo internaron. Tiene un pico de estrés y depresión”, cuenta su hijo a Brown On Line.
“El lunes del feriado de carnaval le mandaron un correo electrónico y lo citaron Lo atendieron muy mal y le dijeron que si no aceptada el retiro compulsivo a partir del 1 de marzo estaba despedido. Mi viejo me llamó para decirme que estaba muy mal. Estuvo en casa, se tragó toda la bronca primero y luego lloró. El ferroviario vive en el ferrocarril, el ferrocarril es la vida. Mi viejo vive de eso y vive para eso”, dice Julián.