Fabián Exequiel Enrique, de 17 años, apareció muerto con dos balazos en la espalda y uno en una pierna la entrada de la villa Los eucaliptos, en Quilmes Oeste. El adolescente habría intentado arrebatarle el celular a un policía del Grupo Halcón y el oficial habría respondido a los balazos.
El hecho sucedió el pasado martes alrededor de las 7.30 en la esquina de la avenida La Plata y Jujuy. Al día siguiente, el policía del cuerpo elite concurrió con su jefe a la comisaría 3º de Quilmes para informar el hecho.
Según contó el uniformado, él estaba con su uniforme y se dirigía a hacer horas extras. Estaba parado ante un semáforo cuando dos jóvenes se le avalanzaron e intentaron sacarle el teléfono. En ese momento, siempre según su testimonio, bajó del auto y les disparó. Las pericias indicaron que tiró al menos cinco balazos.
Se investiga si se trató de un caso de “gatillo fácil”, dado que los impactos de bala fueron por la espalda y el joven se encontraba desarmado.
En su declaración, el agente señaló que los dos jóvenes escaparon corriendo, pero la aparición sin vida y con dos balazos en la espalda de uno de ellos contrasta drásiticamente su testimonio. Lo mismo que la falta de testigos que digan que fueron dos los jóvenes que se acercaron al auto.
“Lo que pasó con mi hijo fue que un policía lo mató por la espalda, sin piedad. Lo mató como a un perro”, denunció a Clarín Claudio Enrique (46), padre del joven asesinado.
La investigación quedó en manos de la fiscal Karina Gallo, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 4 de Quilmes, quien dispuso el secuestro del arma reglamentaria del policía y caratuló la causa como “homicidio”.
La Auditoría General de Asuntos Internos desafectó al oficial e inició actuaciones administrativas.