Durante años, Adrogué fue la patria chica de uno de los máximos escritores argentinos. Maestro del periodismo, de la literatura y del periodismo literario, Tomás Eloy Martínez vivió en Adrogué durante los años 60. Aquí, en su casa de la calle Quintana escribió, apremiado por un bolsillo flaco, una novela que inventó y mecanografió en una sola noche.
Lo cuenta él mismo en El rey Lear en Asunción, la cariñosa semblanza en la cual Tomás Eloy pinta la vida y la obra de uno de sus amigos, el escritor paraguayo Augusto Roa Bastos. “En 1961 renuncié a La Nación y me gané la vida tejiendo frasecitas para una agencia de publicidad. Vivía en Adrogué, a 40 minutos de tren de Buenos Aires y no tenía dinero…”
Una noche de 1963, reunidos Tomás Eloy Martínez y Augusto Roa Bastos con el director de cine Sergio Kogan en su lujosa casa porteña, el narrador guaraní “dejó caer la falsa noticia de que yo tenía una novela escrita sobre un boxeador y una esposa infiel. Tomás se la puede traer mañana mismo. Si quiere la exclusividad le tiene que pagar por lo menor 3 mil dólares”, cuenta el mismo Tomás Eloy en el relato. El problema era que la novela, sencillamente, no existía.
“Eran las 2 de la madrugada y el tren me dejó a las 3 en Adrogué. Tardé doce horas en componer las sesenta páginas que entregué cuando vencía el plazo (…) Kogan jamás filmó aquella película , pero yo gané mucho más que 3 mil dólares. Aprendí en esas doce horas de trabajo que la literatura es un fuego que salva sólo a quienes se queman con él con libertad y sin miedo, tal como lo hizo Kafka cuando completó La Condena en una noche que vale tanto como una vida”.
Tomás en Adrogué
“En los años 60 mi padre vivió en Adrogué, en la calle Quintana 585, donde vivimos hasta alrededor de 1966. Muchos de mis recuerdos de la infancia hasta mis siete años son de Adrogué y muchos de mis primos siguen viviendo allá”, le dice a Brown On Line Gonzalo Martínez, hijo del autor de Santa Evita, Sagrado, El vuelo de la reina y La novela de Perón, entre tantas otras, de quien el 31 de enero se cumplieron ocho años de su muerte.
“Cuando llegó desde su Tucumán natal lo hizo a Turdera, después pasamos por Temperley y luego vivimos en Adrogué“, amplía Gonzalo, 55 años después de esa larga noche de Adrogué en la que Tomás Eloy Martínez escribió nada más y nada menos que una novela.
Foto: Gonzalo Martínez