Los argentinos duermen dos horas menos que hace 50 años, según un estudio realizado por científicos del laboratorio de Cronobiología de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ)-Conicet. El estudio forma parte del proyecto “Crono Argentina”, que busca conocer estadísticas sobre los hábitos de sueño en el país.
“Evolucionamos como bichos diurnos, pero vamos bastante en contra de ese mandato”, dijo a Télam Radio Diego Golombek, quien lleva adelante la investigación junto a las doctoras María Juliana Leone y Marina Giménez.
El proyecto Crono Argentina desarrolló una encuesta online -disponible en cronoargentina.org– con la que busca generar información estadística que cruce información sobre hábitos de sueño con datos demográficos (edad, lugar de residencia), sociológicos (estado civil, trabajo, estudios, hábitos de consumo) o de biotipo (altura, peso). El objetivo de la investigación es “obtener conclusiones y realizar recomendaciones en lo referente a la salud”.
“Las deficiencias del sueño tienen una relación directa con alguno de los fantasmas contemporáneos, como la obesidad, la diabetes e incluso el tabaquismo”, explicó Golombek.
“Pensamos que dormir es una comodidad que uno puede descartar, y lo cierto es que no dormir a tiempo no implica solamente estar cansado, sino que cambia el estado de ánimo y uno se enferma más”. Al dormir por debajo de las ocho horas diarias recomendadas “estamos más susceptibles a las infecciones, y si vamos jugando con el ciclo de sueño, como ocurre por ejemplo en los turnos de trabajo rotativo, podemos estar en riesgo de enfermedades mayores como el cáncer”, concluyó el científico.