A un año de la muerte de Leonel Sotelo, su madre vuelve a denunciar que a su hijo “lo mató la policía” y que intenta hacerle creer a la justicia que era un motochorro, pero según las denuncias de la familia se trató de un caso de gatillo fácil, por el cual, insólitamente, está detenido el joven que acompañaba a Leonel el día de su muerte.
Leonel Sotelo murió el 1 de diciembre de 2016 en Burzaco, a causa de tres disparos que realizó Juliano Armando Fattori. Había llegado en moto a Burzaco con un amigo suyo llamado Alan. La policía difundió la noticia con otra versión: que Leonel era un motochorro que intentó asaltar a su asesino, el policía disparó nueve tiros. Las únicas vainas servidas halladas en la escena del crimen son las del policía.
El hecho ocurrió en Humberto Primo y De María, en Burzaco. “Leo recibió tres impactos de bala, dos por la espalda que salieron hacia adelante a la altura del estómago. Mi hijo iba manejando la moto y Alan Debesa, que recibió un tiro en la cola que le salió por la rodilla, iba detrás”, narró a Brown On Line la madre de Leonel Sotelo.
Micaela Corso, abogada de Correpi, entidad que asiste a la familia del joven muerto, dice: “La justicia investiga el supuesto robo, que no existió. De eso lo acusan a Alan y está detenido, procesado y con un pedido de elevación a juicio oral. Pero se comprobó que no hubo más armas que la del policía”. El problema es más grave. “Hasta tanto no se resuelva el tema del supuesto robo no podemos avanzar respecto de la causa de la muerte de Leo. Para la justicia es más importante una moto que la vida de un pibe”, critica la letrada.
“Fue un año muy duro, más para mí. Queremos que se haga justicia por mi hijo y por Alan, a quien quieren culpar de la muerte de mi hijo y no tiene nada que ver”, dice Norma, la mamá de Leonel Sotelo.
“A Leo (19 años) y a Alan (21) les disparó Juliano Armando Fattori, agente de la policía local que aún presta servicios como instructor en Almirante Brown. El dice que Alan sacó un arma y eso es mentira. Al policía, si es que se le puede llamar así, no lo inhabilitaron ni lo sancionaron. Eso es lo que más bronca nos da, que siga trabajando como si nada”, cuenta Noemí a Brown On Line.
“Le quiero agradecer a Correpi, con quienes estamos luchando para pedir justicia. Yo siempre miraba los casos de las madres que pedían justicia por sus hijos. Hoy me toca a mí por culpa de un policía que es un asesino y está suelto. El me lo mató a Leo”, denuncia Noemí. Leo trabajaba en un lavadero de autos de Lanús, del cual es dueño su padre y donde también trabajan sus hermanos.
“El policía,que también iba en moto, les tiró desde atrás primero, luego los pasó y les siguió tirando. Leo falleció en el lugar sin que nadie llamara una ambulancia. Lo dejó morir a mi hijo”, dice Noemí.
Aunque sigue preso en la cárcel de Junín, a Alan le dio negativo el dermotest, la prueba que confirma que no disparó armas. Mientras tanto, el joven sigue preso y Leonel Sotelo se suma a la oscura lista de los casos de gatillo fácil.