Tras cinco años de caída constante, alcanzando su mínimo histórico en 2015, la Tasa de Mortalidad Infantil (TMI) subió el año pasado en la Provincia de Buenos Aires. La situación es especialmente crítica en el Conurbano bonaerense.
Según un informe de la Fundación Soberanía Sanitaria, que recopiló los nacimientos y defunciones en menores de un año en el distrito, publicados por el Ministerio de Salud, la TMI registró en 2016 un incremento de 0.04 por ciento, para ubicarse en 9.9 defunciones cada mil nacimientos. Los datos oficiales reflejan la desigualdad entre el norte y el sur del Gran Buenos Aires, donde la tasa subió más de un punto.
“La desigualdad podría estar asociada al empeoramiento de algunas condiciones sociales durante 2016, como el aumento de la desocupación, la suba de las tarifas de servicios básicos y la pérdida del poder adquisitivo del salario, que afectan de manera más rápida a los sectores sociales más desfavorecidos y vulnerables”, apunta el informe que publica el diario Tiempo Argentino.
En la provincia de Buenos Aires, la TMI, que es considerada uno de los indicadores más importantes de un país, presentó una tendencia descendente en los últimos 25 años, excepto durante la crisis de 2001 y los brotes de enfermedades infecciosas respiratorias como la gripe, en 2007 y 2009. De 2010 a 2015 se registró una disminución constante que alcanzó la tasa más baja de la historia, llegando a apenas un dígito: 9,86. “Con los datos disponibles es posible estimar para 2016 una TMI de 9,9 defunciones cada mil nacidos vivos, aunque no se conocen aún las causas”, indica el informe.
“A nivel general se podrá decir que la TMI es similar a la de 2015, pero desagregando por distrito se percibe la desigualdad. Volvió a crecer la brecha entre el interior y el norte del Gran Buenos Aires, más ricos, y el Conurbano más pobre”, señaló Nicolás Kreplak, presidente de Soberanía Sanitaria y ex viceministro de Salud.