Una nueva prueba compromete a Bazán, uno de los dos detenidos por el crimen de Anahí Benítez, la adolescente, cuyo cuerpo apareció enterrado en la Reserva Santa Catalina. La fiscal del caso, Verónica Peréz, encontró una llave que tenía la joven y usaba de colgante desde hacía unos meses, era de la casa del imputado.
En un quinto allanamiento en la vivienda de Bazán también se secuestraron pastillas de naftalina, porque las pericias médicas hallaron restos de la sustancia en el torrente sanguíneo de la víctima. Se cree que la joven permaneció cautiva en un lugar donde las paredes se encontraban recubiertas por un producto contra insectos que contenía ese químico.