Una de las tres palas secuestradas en la casa de Marcos Bazán, uno de los detenidos por el crimen de Anahí Benítez, fue usada para hacer el pozo donde la víctima fue hallada sepultada a 20 centímetros de profundidad y a 231 metros de distancia del domicilio del imputado, según confirmó una pericia geológica que analizó los residuos de tierra de la pala, informaron fuentes judiciales.
Las fiscales que investigan el crimen de Anahí, la adolescente que fue hallada enterrada en la reserva Santa Catalina el 4 de agosto pasado, no pudieron aún encontrar el vínculo entre ambos detenidos por el femicidio, y destacaron a un perro, una tijera y un ADN como las principales evidencias que los involucran en el abuso sexual y el asesinato.
Así surge del pedido de prisión preventiva para Bazán y Marcelo Sergio Villalba, que presentaron las fiscales de Lomas de Zamora Fabiola Juanatey y Verónica Pérez, por los delitos de “privación ilegal de la libertad y homicidio triplemente agravado” para ambos imputados, más “abuso sexual” y “robo” en el caso de Villalba.
Las fiscales de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 2 de Femicidios de Lomas de Zamora dan por sentado que en el crimen actuaron al menos dos personas, pero en las 76 páginas de la presentación, no hacen una ni sola mención que pruebe algún vínculo entre Bazán (34) y Villalba (40).