“Mi marido se quedó sin trabajo el 26 de diciembre del año pasado: lo echaron de su empleo en una casa de deportes. Y yo también me quedé sin trabajo, un día después. Mi amiga también y su marido lo mismo. Entonces, juntas, empezamos a pensar qué hacer para llevar la comida a casa, para subsistir. Así empezó el trueque”, narra a Brown On Line Eliana, una de las cabezas de un club del trueque que en Rafael Calzada tiene 3000 personas en un grupo cerrado de Facebook y reúne una gran cantidad de gente los viernes y sábados.
“Empezamos haciéndolo entre familiares y ya tenemos 3000 personas en el grupo de Facebook y tenemos 1200 solicitudes pendientes”, cuenta Eliana. Su caso es uno más entre tantos otros: personas que quedaron desempleadas por comercios que cerraron, por fábricas que dejan de producir, por “changas” que se cortaron. “Volvimos a ser pobres”, resume Eliana.
Esas crisis conjuntas de desempleos unieron los caminos de dos mujeres que rondan los 30 años, estudian y tienen familias. “Siempre le agradecemos al trueque porque no teníamos qué comer ni ropa para vestirnos”, dice ahora, a seis meses de aquel impulso con el cual hicieron posible que una gran cantidad de personas puedan participar en intercambios sin dinero.
Organizan dos encuentros por semana: el primero de ellos el viernes en la sociedad de Fomento 17 de Agosto y el segundo los sábados en avenida San San Martín al 5000, en una plaza al aire libre. “Los últimos tres sábados llovió pero la gente fue igual porque necesita del trueque para poder comer”, dice Eliana. Esa es la primera necesidad; conseguir un espacio techado para poder desarrollar el trueque sin problemas.
En la fan page de Facebook también se intercambian: zoquetes por puré de tomate; una blusa y un short de niña por dos paquetes de fideos, dos purés de tomate y un kilo de azúcar; un buzo talle 10 por pasta dental y un detergente.
Se citan por Facebook y van generando el intercambio, que materializan sin dinero de por medio. Eliana, madre de tres hijos, aclara que el trueque que ella gestiona no cobra entradas ni permite el intercambio de dinero. “No se maneja plata porque no queremos que se pierda la esencia del trueque”, aclara Eliana.