La Justicia condenó a 12 años de prisión a Ariel Sosa, único acusado del crimen de Melisa Tuffner, la joven de 22 años que murió en julio de 2015 tras ser agredida a puñaladas en la cabeza, en Glew. La sentencia se dio en el marco de un juicio abreviado acordado por las partes.
Según la familia de la joven, la medida se tomó porque no habría herramientas suficientes para ir a un juicio oral, ya que de esa manera correrían el riesgo de que el detenido quede libre.
“Yo siento que no se hizo justicia como se merecía. Nada me va a devolver a mi hermana. Jamás lo tomaron al caso de femicidio, que es lo que fue. La justicia no lo tomó de esa manera por eso se decidió ir a juicio abreviado”, contó Lorena Tuffer, la hermana de la joven al portal Diario 24 Noticias y expresó que la familia y amigos de Melisa “estamos muy triste pero nos conviene que esté 12 años a que esté afuera, pero no se compara con la pérdida de nadie”.
El caso
El domingo 19 de julio de 2015 Melisa fue encontrada golpeada e inconsciente. Había salido de su casa alrededor de las 18.40 y tenía previsto asistir al partido que Temperley disputó con Independiente en el estadio Alfredo Beranger. Alrededor de las 20.30, autoridades policiales le avisaron a la familia de la joven que había sido hallada “a dos cuadras” del centro cultural al que solía concurrir “tirada, golpeada e inconsciente”, y estaba internada en la Unidad de Pronta Atención (UPA) de Longchamps.
Fue trasladada al día siguiente al Hospital Sirio Libanés, de Villa Devoto, donde falleció el 22 de julio por una hemorragia interna, después de haber estado internada con muerte cerebral.
Aunque al principio de la investigación no había pista firme sobre quién podía ser el atacante que acabó con la vida de Melisa, luego la policía encontró una filmación de una cámara privada ubicada a poco más de una cuadra donde mataron a la adolescente. En ella se observaba a un hombre persiguiendo de cerca a la joven.
El 17 de agosto, Sosa, un vecino del barrio que además participó en una marcha donde la familia pedía justicia, se entregó a la policía un día después de darle el pésame a su padre, Marcelo Tuffner, quien ya sabía que el hombre era buscando por las autoridades.