“Mi mamá lo único que hizo fue cultivar para su medicina para la artrosis que tiene en la rodilla”, contó Funaro, la hija de Adriana, a quien la justicia ordenó el arresto domiciliario por haber sido detenida detenida el lunes pasado por tener en su casa plantas de marihuana para elaborar aceite medicinal de cannabis, que utiliza para calmar los dolores que le provoca la artrosis.
Fue precisamente esa enfermedad y los problemas de movilidad que le genera en una rodilla, lo que el fiscal Carlos Hassan tuvo en cuenta para ordenar el arresto domiciliario hasta tanto la justicia resuelva si es culpable o no del delito de ‘infracción a la ley de estupefacientes’, que pena con entre 4 y 15 años de prisión el “cultivo y siembra de marihuana”.
En noviembre del año pasado, la Cámara de Diputados dio media sanción a una reforma a la ley de drogas para habilitar tanto la importación de aceites como la investigación y producción local por parte del Estado, aunque excluyó del permiso a los autocultivadores, lo cual hace que la misma ley carezca de sentido porque deberán, en ese caso, recurrir a los narcotraficantes.
La detención de Funaro se produjo el lunes por la denuncia de un vecino, que los familiares de la mujer atribuyen a una pelea por una medianera. Parte del aceite que producía, Funaro lo cedía a la nieta de una vecina que sufre microcefalia severa. La abuela de la niña había contado que desde que comenzó a tomar el aceite, la nena, de tres años, dejó de tener convulsiones y comenzó a comunicarse mejor con su familia.