Organizaciones de siete provincias argentinas nucleadas en el colectivo “Doná tu cabello” reciben a diario y por correo mechones de cabello con los que fabrican artesanalmente pelucas que destinan de manera gratuita a pacientes oncológicos de bajos recursos. “Siempre tuve el pelo largo, lacio y mucho”, contó a Télam Daniela Mangini, quien en 2013 con la certeza de que con su cabellera podía ayudar a otros, comenzó a donar su pelo y a su trabajo de todos los días en el sector de Recursos Humanos en una fábrica, le sumó la coordinación de una red de ONGs y asociaciones civiles que reciben donaciones de pelo por correo para confeccionar pelucas solidarias.
“Con el tiempo, la donación de órganos o de sangre se instaló como una cuestión solidaria. Pero con el pelo hay un tema cultural; todavía no se sabe mucho que se puede donar ni para qué sirve”, reflexiona Daniela. Por eso, desde Facebook, se reciben unas 50 preguntas por día de mujeres interesadas en regalar su pelo pero que no saben bien cómo hacerlo.
“La gente quiere tener alguien con quién hablar, con nombre y apellido. El pelo es para nosotras algo muy preciado, que cuidamos mucho y como todavía hay muchos prejuicios nos ocupamos de saldar todas las dudas”, explicó.
Los siete grupos –en San Juan, Mendoza, Catamarca, Entre Ríos, Tucumán, Baradero y Bahia Blanca– trabajan de manera coordinada para potenciar las iniciativas y advierten que, si bien cada vez se conoce más sobre la posibilidad de donar el pelo, pocos son los pacientes oncológicos que saben que pueden acceder a una peluca sin costo.
La agrupación “Pelucas solidarias Baradero”, que funciona desde 2015 está formada por 20 mujeres que cada sábado se reúnen a trabajar y llegan a confeccionar cuatro pelucas por semana. Desde que comenzaron esa tarea ya entregaron 198, que distribuyen a todo Buenos Aires y Córdoba, y aunque consideran que sus pelucas son algo rústicas porque se confeccionan con máquinas de coser y a los seis meses requieren de cierto mantenimiento, destacan que les permiten a los pacientes de bajos recursos acceder a un producto que en el mercado cuesta alrededor de 8.000 pesos.
El procedimiento para convertirse en donante es fácil: con el pelo bien seco, hay que atarlo en ambos extremos y cortar un mechón de no menos de 20 centímetros, aunque algunas asociaciones aceptan desde 15 centímetros; después se debe guardar en papel film o una bolsa de freezer. “Puede estar teñido, decolorado y hasta alisado, pero en buen estado, lo que nosotros decimos siempre es el lema de las campañas: “todo pelo sirve”, concluye Mangini.
Facebook: Pelucas Solidarias Baradero