Dos jóvenes fueron asesinadas a balazos esta madrugada cuando salían de un boliche en la localidad bonaerense de Florencio Varela y otras dos resultaron heridas, informaron fuentes policiales. El hecho se registró cerca de las 5.30 en la esquina de la avenida Senzabello y Los Andes, cuando el grupo de amigas volvía caminando después de salir de bailar en Santa Diabla, el boliche ubicado en la mencionada localidad del sur del Gran Buenos Aires.
Según indicaron las fuentes, unas tres personas -cuya identidades aún se desconocen- se trasladaban en un auto color oscuro, las interceptaron en dicha esquina y las atacaron a balazos por la espalda con una pistola.
Las víctimas fueron identificadas como Sabrina Barrientos (15) y Denise Juárez (17), quienes recibieron nueve y cuatro disparos, y a raíz de los impactos murieron en el lugar.
Los voceros precisaron que una de sus amigas, de 15 años, fue herida en el cuello, una pierna y un hombro, mientras que la otra joven, de 16, fue baleada en la pierna y en la cabeza.
Ambas fueron trasladadas de urgencia al Hospital Mi Pueblo, donde fueron intervenidas y hasta este mediodía se encontraban en grave estado y con pronóstico reservado, por lo que más tarde serán llevadas a otro centro asistencial de mayor complejidad.
Además, las fuentes informaron que los efectivos de la comisaría 3era. de Florencio Varela que se acercaron hasta el lugar pudieron recoger varias vainas servidas de calibre 9 milímetros y constataron que a las adolescentes no les faltaba ninguna pertenencia, por lo que los investigadores en principio descartan la hipótesis de un intento de robo.
En tanto, un joven llamado Javier, que declaró como testigo en dicha dependencia policial, comentó en diálogo con el canal de noticias C5N que transitaba con su auto por la avenida y vio “a las cuatro chicas sentadas en el cordón de la vereda una al lado de la otra”.
“Pasé y a los dos metros escuché varios tiros, todos seguidos”, dijo, y aclaró que luego dio la vuelta manzana con su vehículo para ver qué había ocurrido. Al pasar nuevamente por esa esquina, Javier explicó que se encontró “con una de las chicas, arrodillada en el piso” que le pedía ayuda y “estaba llena de sangre”. “Fui con el auto a la comisaría y avisé lo que había pasado, pero no pude decirle a la Policía cuántas personas iban en el auto, ni la marca, y tampoco puedo reconocer a las personas del auto porque estaba ayudando a las chicas”, dijo.