En la Argentina se comete un femicido cada 30 horas. Según las estadísticas que elabora La Casa del Encuentro, entre el 1 de enero y el 31 de octubre de 2016, 230 mujeres fallecieron víctima de la violencia de género y, como consecuencia, 294 hijos perdieron a sus madres (173 de ellos menores de edad).
La entidad, que coordina el Observatorio de Femicidios en Argentina Adriana Marisel Zambrano, (en honor a la joven jujeña asesinada a golpes por quien fuera su pareja y padre de su hija, José Manuel Alejandro Zerda, quien está en libertad desde 2013), el 65 por ciento de las víctimas fue asesinada por su pareja o ex pareja. El 67 por ciento de ellas tenía entre 19 y 50 años, mientras la mayoría de los victimarios tiene o tenía (ya que en 41 casos se suicidaron) entre 19 y 50 años.
Los datos fueron recopilados en base al monitoreo de 120 diarios de distribución nacional y provincial y las agencias Télam y DyN. La conferencia en la que fueron dados a conocer se llevó a cabo en el Centro de Informes de la ONU, y fue encabezada por Ada Beatriz Rico, directora de la asociación civil, acompañada por el Defensor del Pueblo porteño Alejandro Amor.
“Me gustaría una reunión en la que hubiera más hombres, porque somos nosotros los que nos aprovechamos de nuestra superioridad física y económica”, dijo Amor durante la conferencia en directa alusión a la casi nula participación masculina en el lugar. Y amplió: “No sólo en la violencia física, también aprovechamos para conseguir mejores salarios, trabajos, y cargos de poder”. “Somos los hombres los que tenemos que asumir el cambio cultural, cuánto más tardemos, más femicidios va a haber”, añadió el defensor.
La mayoría de ellas, fueron asesinadas en el lugar donde debían sentirse a salvo: el hogar. Este es el caso de 121 de las 230 víctimas. En la vía pública fueron ultimadas 20 mujeres. 18 en un descampado o monte. 10 en un río, zanjón o canal. Otras 10 en la ruta. 3 en un basural. 2 en un pozo.
1 de cada 4 murió por arma de fuego. Pero también hubo apuñaladas, muertas a golpes, estranguladas, incineradas, ahorcadas, degolladas, descuartizadas y ahogadas.
A diferencia de otros años, en esta ocasión hubo un aumento de travesticidios: 7 de los 230 casos. En ninguno de ellos hubo detenidos. Tampoco hubo detenidos en los dos femicidios de mujeres de pueblos originarios que hubo en 2016.
La Casa del Encuentro informó también que 24 de las víctimas presentaban indicios de abuso sexual, y que 8 mujeres asesinadas por su condición de género, estaban embarazadas.