En octubre lo llamaron desde la Selección, conoció al Papa Francisco unos días después, en noviembre debutó en la Primera de San Lorenzo y fue citado a la Sub 20 de Argentina y en tres meses será padre. Todo eso le pasó a Gabriel Rojas, nacido futbolísticamente en Burzaco donde jugó en el club Arzeno y en Pueyrredón y ahora jugando en el Selección que dirige Claudio Úbeda.
Como para refrendar la importancia de los clubes de barrios, Gabriel arrancó jugando al Baby Fútbol en Arzeno, el club del bario homónimo de Burzaco y luego jugó en Pueyrredón donde lo dirigió Gustavo Mármol, cazador de talentos, que así opina de Rojas: “Lo dirigí a Gaby en el Club Pueyrredón de Burzaco cuanto Gabriel tenía 11 años. Siempre jugó por izquierda, desde chico se destacaba por tener muchos recursos técnicos y lo más importantes aun, elegía muy bien cuándo utilizar cada uno según lo que el juego le pedía”, lo describe Mármol a Brown On Line.
Gabriel Rojas nació el 22 de julio 1997 en Almirante Brown, tiene 22 años y juega desde la Novena División en San Lorenzo. Desde entonces disputó más de 80 partidos en las distintas categorías antes de la citación para entrenar con la Primera de su club y para sumarse, otra vez, a la Selección juvenil que ya había formado el año pasado.
En 2013 se consagró campeón con la séptima del Ciclón. Y en 2015 se anotó un logró histórico: salió campeón de reserva, un título que el club de Boedo no lograba desde hacía 16 años. El año pasado también recibió el premio de AFA al mejor jugador formativo. Pero el 10 de agosto de 2016 y ante los rumores de la salida de Emanuel Más del club -además, citado por Bauza a la Selección mayor- el club decidió cubrir la franja izquierda con el joven de Burzaco, que ya entrena bajos las órdenes del DT, Diego Aguirre.
“Recuerdo siempre que su papá lo acompañaba a todos lados y se acercaba a hablar conmigo acerca del por entonces pequeño futbolista”, recuerda Gustavo Mármol, DT de Rojas en el club Pueyrredón de Burzaco, cuando el jugador tenía 11 años. “Siempre jugó por izquierda. Desde chico se destacaba por tener muchos recursos técnicos y, lo más importante, elegía muy bien cuándo utilizar cada uno según lo que el juego le pedía”, dice Mármol, hombre de Glew que hoy trabaja en las divisiones inferiores del club Tostado, en esa ciudad de Santa Fe.
“La verdad que en mas de veinte años de carrera en el fútbol tuve la suerte de dirigir a muchísimos buenos proyectos de futbolistas, pero no alcanza sólo con tener talento para llegar a jugar. Gaby tiene talento y mucho amor por el fútbol, su familia lo acompaño y se les dio”, cuenta Mármol, que ya tiene así un equipo completo de jugadores dirigidos por él de chicos que llegaron a Primera.
Cuando firmó su primer contrato con San Lorenzo, hace casi un año, Gabriel le prometió a la Virgen viajar a la Basílica de Luján para agradecerle. “No voy a poder dormir esta noche”, había dicho entonces el joven de Burzaco, que siempre supo cuál era su objetivo: “Jugar en Primera”. Lo logró hace dos semanas. Ahora, mientras se mira el número 39 de su camiseta, le queda seguir soñando mientras rueda la pelota.