Los abogados de Rosa Corvalán Sosa y Emilio Javier Solís invirtieron el argumento y dijeron que los médicos que atendieron al pequeño Santino fueron “negligentes” en la causa que juzga la culpabilidad de una pareja acusada de matar a golpes al pequeño en su casa de Glew.
Santino Bermúdez tenía casi 2 años cuando murió. La madre y su pareja fueron detenidos y acusados por su muerte. En la audiencia de ayer los abogados defensores solicitaron la absolución de los procesados y apuntaron contra los médicos que atendieron al chiquito.
El hecho ocurrido en la madrugada del miércoles 15 de abril del año pasado, cuando Santino Bermúdez, de 1 año y 11 meses, ingresó al hospital Cecilia Grierson de Guernica, en grave estado y falleció a los pocos días. Para la Fiscalía, “hay pruebas de maltrato infantil” mientras que para la defensa el menor murió “por una sepsis generalizada”, según informe Info Región.
Para la defensa de Solís, el acusado “debe ser juzgado por aquellos que hizo y no por aquello que pasó”. “No comparto de lo que se los acusa. Se ha dicho que Rosa llevó a Solís a su casa en calidad de mantenido, lo que es absurdo. Rosa ya tenía diez hijos y Solís era muy trabajador. El fiscal dijo que Solís viene de una familia desintegrada y que el consumo de alcohol lo llevó a tener reacciones violentas. Sí, tuvo adicciones, pero lo superó. No hay pruebas de que sea alcohólico”, enfatizó.
Aseguró que la muerte del niño de 1 año y 11 meses se produjo “por una descompensación multiorgánica por una sepsis generalizada”. “No sé por qué el fiscal habla de maltrato infantil. El niño estaba perfectamente, muy cuidado y bien alimentado. Cuando murió tenía 12 lesiones, una de ellas por actos médicos y las otras 11 no le causaron la muerte”, sostuvo.
Además, negó que al nene “lo hayan visto doblado (de dolor) como dicen algunos testigos, porque los familiares y su abuela aseguraron que lo vieron decaído pero nunca doblado de dolor”. “Lo que causó la muerte de Santino fue el cuadro de sepsis generalizado, que se dio por un retraso en el diagnóstico. Rosa había llevado al nene a una UPA (Unidad de Pronta Atención), al hospital Lucio Meléndez y después al de Guernica. En ninguno le dijeron qué pasaba. Y por eso el nene murió”, amplió.
Por último, criticó que “un testigo haya dicho que Solís sumergió al nene en un fuentón con agua, porque no hay pruebas y porque es un hombre que nunca fue violento”. “Rosa fue calificada como leona con sus hijos, según testigos. No se puede decir que haya mirado para otro lado. No podrán esgrimir una condena. Ningún zamarreo o golpe por retos al nene le podría haber provocado la muerte. Por eso pido la absolución, y si no, que se aplique el monto mínimo de la pena. Solís no sale de su estupor por verse preso, estar fuera de todo sistema y en situación de vulnerabilidad”, completó.
Por su parte, la defensa de Corvalán Sosa pidió la absolución y manifestó que la acusada “sufrió la muerte de su marido y padre de Santino cuando ella estaba embarazada de ese niño”. “Siempre fue muy dedicada a sus hijos a pesar de su poca instrucción, siempre estuvieron hasta bien alimentados”, añadió.
“Un testigo dice que al nene lo golpearon con una parrilla, pero no se sabe cómo se cayó o cómo se podría haber golpeado con la parrilla. También hay rumores de malos tratos, pero los médicos descartaron esas versiones. Cuando lo llevaron el 11 de abril a la UPA y al Meléndez, no constataron lesiones. Le recetaron ´Reliveran´ por vómitos y diarrea. Controlaron la tolerancia a la ingesta y lo mandaron a su casa”, lamentó. “Fue negligencia e imprudencia de los médicos y no de la madre, que hizo todo lo que pudo”.
La madre del pequeño está acusada de “homicidio agravado por alevosía y vínculo”, mientras que la acusación del padrastro es “homicidio agravado por alevosía”. El juicio continuará el martes de la semana que viene.