Tras una reñida elección, el empresario Donald Trump venció a la demócrata Hillary Clinton y se convirtió en el nuevo presidente de los Estados Unidos.
Se trató de una elección reñida y hostil. Trump obtenía el 47,8% de los sufragios -algo más de 58 millones de votos-, contra un 47,4% para Clinton. En el Colegio Electoral, el órgano que elige al presidente, Trump obtenía 279 votos, nueve más de la mayoría de 270 necesarios para llegar a la Casa Blanca.
Trump se impuso sobre todo en los estados del centro rural y el sur del país y en la región que más sufrió el éxodo de fábricas y la pérdida de empleos por los avances tecnológicos, algo que va en línea con el discurso anti-globalización del magnate, que preocupa fronteras afuera de su país.
Durante su discurso, el magnate que el próximo 20 de enero llegará a la Casa Blanca después de una “dura campaña” para la cual activó un discurso xenófobo, misógino, nacionalista y proteccionista que convenció al electorado estadounidense, llamó a “unir el país” y “cerrar las heridas de la división”. “Estamos cansados de cómo son las cosas”, dijo también y remarcó que “tenemos posibilidad de cambiarlas”.
“Republicanos, demócratas e independientes, es momento de estar unidos”, insistió y agradeció a su contrincante por haber “luchado muy duro” en la campaña. “Ha trabajado mucho tiempo y le debemos una gran gratitud por su servicio a nuestro país”, señaló luego de haberle dedicado en la campaña duras descalificaciones por su condición de mujer.
También prometió buenas relaciones con otros países, dijo que será un “presidente para todos los estadounidenses” y quiso tender la mano a sus detractores: “Les pido su orientación y su ayuda para que podamos trabajar juntos y unificar nuestro gran país.”