En su libro “El fútbol a sol y sombra”, el escritor uruguayo Eduardo Galeano rinde un rinde homenaje al fútbol y la pasión que despierta pero también denuncia las estructuras de poder de uno de los negocios más lucrativos del mundo.
Algunas de esas “sombras” de las que habla Galeano son las que llevaron a que ayer, en el día de que su club cumpliera 104 años, el presidente de Temperley, Hernán Lewin renunciará a su cargo por las persistentes presiones de la barra brava de la institución, que llegaron a amenazarlo de muerte.
Lewin dio a conocer su decisión en su cuenta de faceboopk: “Este es un mensaje de despedida para todos los hinchas del ‘Cele’. Lo estuve pensando varios días y hablando con gente que me quiere y he tomado la decisión de dar un paso al costado en mi cargo de Presidente del Club. Más allá de la tristeza que siento mientras estoy escribiendo estas líneas, creo que es lo mas saludable para el futuro de Temperley”, escribió Lewin.
Lewin explicó: “Algunos pensarán que no soy valiente, los que me conocen saben que no es así, que fui un luchador toda mi vida y me enfrente en mil batallas, la última duro 10 años y la ganamos juntos con mi hijo Laureano, desde ese día…elijo solo las batallas que tienen sentido”.
La referencia que hizo tuvo que ver con que el año pasado Lewin le donó un riñón a su pequeño hijo Laureano, de 9 años, quien se recuperó en forma satisfactoria.
“Quiero agradecerles a todos mis compañeros de Comisión Directiva, que fueron los que realmente lograron todos los cambios que tuvo el club, a Alberto Lecchi mi lugarteniente incondicional en estos años, a la Comisión de Fútbol que nos cumplió el sueño de jugar en PRIMERA, a los jugadores y técnicos que pasaron durante estos años, especialmente al gran Ricardo, a los profes del club, a los empleados, a los chicos que representaron y seguirán representando los colores celestes y por sobre todo a los hinchas que me trataron con tanto cariño estos años.”, contonúo Lewin que cerró con una frase: “… Algunas veces, la mejor forma de torcer el destino, es caminar derecho”.
Durante el Lewin, Temperley registró dos ascensos consecutivos desde la Primera B en apenas un semestre y el club fue creciendo no sólo en logros deportivos sino institucionalmente por lo que su salida no tiene que ver con una campaña irregular sino por las amenazas de la barra barrabrava del club que viene desde hace un tiempo y que incluyó amenazas de muerte.
El fin de semana pasado, cuando Temperley recibió a Independiente el partido fue suspendido por varios minutos porque el nuevo “jefe” de la hinchada mandó a varios barras a subirse alambrado como una demostración de poder, antes había pedido dinero, indumentaria y entradas y le advirtió que una negativa significaba nada menos que la muerte.
Lewin dio a conocer esta situación y y desde hace días en su casa hay un patrullero las 24 horas. Ante el temor por la vida de su familia y por su decisión de no ceder a las barras, Lewin deja su puesto.