El médico de Adrogué y autor de la frase «El gordo se va a cagar muriendo» para referirse a Diego Maradona, participó y ganó un concurso de fisicoculturismo, la actividad a la que se dedica ahora, mientras concurre a las audiencias del juicios que investiga las causales de muerte del astro máximo del fútbol mundial. El médico pasó de ser un flaco sonriente y desgarbado que llegaba en moto a la clínica y atendía con una sonrisa a la prensa, a ser un sujeto oscuro, desconectado de la realidad, con auriculares todo el tiempo y sin dialogar con nadie más que con su abogado.
Ahora el médico Leopoldo Luque, uno de los acusados en el juicio por la muerte de Maradona, sorprendió al imponerse en varias categorías de un torneo de fisicoculturismo, mientras se desarrolla el proceso en los Tribunales de San Isidro. El neurocirujano participó el pasado domingo 11 de mayo en un concurso de fisicoculturismo llamado Rock Hard Physique Championship 2025, organizado por el NPC (Comité Nacional de Fisicoculturismo), donde fue galardonado en varias categorías bajo nombre de “Leo” Luque.
En los resultados finales, el médico, quien compitió con el N° 6, aparece como vencedor en tres categorías: “True Novice”, “Novice” y “Masters +40″. También finalizó segundo en “Open Class B”, detrás de Camilo Filipovic. La imagen suya, con un pequeño atuendo negro y la medalla colgando, se hizo viral en las redes. Un amigo suyo lo felicitó: “Grande Leoooooo!!! Inicio de carrera culturista”.
El 11 de marzo, en la primera de las audiencias, el cambio radical llamó la atención. El médico, quien empezó a tratar a Diego cuatro años antes de su muerte, cuando fue convocado para tratarlo por los problemas que tenía para conciliar el sueño, incluso se llevó un tupper con su dieta especial para consumir durante el juicio.
Es que para mantener su nueva figura necesita seguir una rutina que no puso en pausa ni en este proceso judicial, al cual se ocupó de llevar sus snacks proteicos para comerlos en cada colación. La primera siempre fue antes de ingresar a la sala y en una de las puntas de la escalera, donde sacó su vianda y comió algo blanco y pequeño, fácil de tomar con la mano. Podría ser un huevo, aunque no se sabe con certeza porque cada vez que lo hizo trató de esconderse para no estar todavía más expuesto.
Desde aquel primer encuentro con el astro, Luque fue el encargado del contacto con la prensa ante cada dificultad de salud del campeón del mundo y fue quien tomó la decisión de que fuera operado por el hematoma subdural en noviembre de 2020. Tras quedar en el ojo de la tormenta en la causa por la muerte del Diez, se mudó, cambió el número de su teléfono móvil, modificó su look, desapareció de los medios, siguió trabajando y se sumergió en el gimnasio. Aunque no tuvo actividad en las redes sociales tradicionales, solía subir a sus estados de WhatsApp imágenes de su rotundo cambio físico mientras lleva adelante las rutinas. Y ahora llevó el resultado a una competencia formal.
Cuando todo era incertidumbre, Luque ya estaba al tanto del problema por medio de los mensajes que le enviaba Cosachov. La tensión crecía en la casa de Tigre y las chances del Diez de sobrevivir se extinguían. En medio de las malas noticias que llegaban, el neurocirujano se comunicó con uno de sus socios para contarle lo que había pasado y para indicarle con precisión donde queda el country donde Maradona estaba muriendo: “Tranca vos, yo estoy por la autopista ya. Parece que está muerto. Posta que está muerto. Barrio San Andrés, tenés que pasar viste el que vamos siempre, Santa María de Tigre. Tenes que seguir por esa, seguir, seguir por esa calle hasta llegar a Italia. Esta sobre Italia. Ahora yo te paso la ubicación”.