Hoy se cumplen 168 años del fallecimiento del Almirante Guillermo Brown, héroe de la marina argentina en la guerra contra Brasil en 1826 y quién le dio al distrito de la región. Brown defendió la soberanía de nuestros mares y luchó en varios países de la región contra las tropas inglesas y francesas.
Nacido el 22 de junio de 1777 en Irlanda, y naturalizado argentino, Brown fue el Primer Almirante de nuestra fuerza naval, tanto en la cronología como en el prestigio. El triunfo naval del 17 de mayo de 1814 frente a las costas de Montevideo, según el propio San Martín, fue “lo más importante hecho por la revolución americana hasta el momento”. Las tropas eran dirigidas por propio Guillermo Brown.
De familia católica, de chico fue llevado por su padre a los Estados Unidos, donde quedó huérfano. Al poco tiempo, siendo ya adolescente, navegó por las aguas del Atlántico y allí adquirió admirable formación y desarrolló su personalidad de marino.
El almirante emprendió una campaña por aguas de Chile, Perú, Ecuador y Colombia, que se inició a fines de 1815 y abarcó hasta mediados de 1816. Llevó las ideas de libertad de la Revolución de Mayo hasta aquellas regiones y fue precursor de la gesta libertadora que llevaría a cabo San Martín.
Años más tarde, el marino irlandés mostró una audacia sin límites en el combate de Quilmes, librado el 30 de julio de 1826. A bordo de la fragata “25 de Mayo”, comandada por el Coronel de Marina Tomás Espora, y apoyado por Rosales con su goleta “Río de la Plata” combatió contra veinte naves enemigas.
En 1857, tras una vida llena de hazañas y éxitos, Guillermo Brown vivió sus últimos días en una modesta casa, ubicada en la actual calle Martín García, lejos de los honores que tanto le habían sido arrebatos. En ese retiro de la fama, rodeado de la quietud de su hogar, encontró la paz en medio de sus recuerdos. Un hombre que había estado dispuesto a arriesgarlo todo por su patria, que rechazó los lujos y privilegios que le fueron ofrecidos, y que llegó a afirmar con humildad: “No me pesa haber sido útil a la patria de mis hijos. Considero superfluos los honores y las riquezas cuando bastan seis pies de tierra para descansar de tantas fatigas y dolores”.
El 3 de marzo de 1857 falleció el Almirante Guillermo Brown y el gobierno de ese entonces decretó honras al ilustre marino que, como decían los considerandos de la resolución oficial “simboliza las glorias navales de la República Argentina y cuya vida ha estado consagrada constantemente al servicio público en las guerras nacionales que ha sostenido nuestra Patria desde la época de la Independencia“.
“¡Es preferible irse a pique que rendir el pabellón!”, supo decir el almirante. Brown es recordado como una pieza central en la etapa histórica de las revoluciones e independencias de la región latinoamericana.